Crítica del 7x19 "Habeas corpse" de Castle

Publicado el 04 abril 2015 por Dro @Drolope

¡Qué ternura de capítulo! Vale, no, que maten a alguien no es una ternura, pero Castle y Beckett, que siempre lo son, en el capítulo de esta semana lo han sido más todavía. Nada especial en lo que respecta al caso, pero pequeños detalles sobre los personajes, que son los que hacen que esta serie sea tan maravillosa. Hablemos del capítulo aquí abajo.
Como en muchas ocasiones, la llamada del deber llega para interrumpir un bonito momento de pareja; menos mal que ellos ya lo tienen asumido y se lo toman con mucha resignación. El tema que estaban tratando, sin embargo, sí que es interesante, pues Castle preguntaba a Beckett si no se arrepentía de haber abandonado su carrera de abogada. Creo que no demasiado, visto donde ha llegado (que si fuera abogada, no tendríamos serie, así que me parece genial que la abandonara), y viendo hasta donde puede llegar ahora que está planteándose ir un paso más allá y convertirse en Capitán.
La víctima de este caso es un popular abogado llamado Richie Falco, "The Pitbull", que aparece asesinado y con signos de tortura. ¿Sabéis eso de aprenderse los anuncios de tanto verlos? Pues nuestros personajes también se los saben y por un momento pareció que hasta lo tenían ensayado; todos menos Ryan, que se ve que está muy ocupado con su vida de padre como para ver siquiera la televisión. 
 

Tras una pequeña persecución el primer sospechoso queda descartado. Poco después, la oficina del abogado es saqueada, desapareciendo su ordenador y surge un nuevo sospechoso que también había tenido una discusión con la víctima, Archie Bronstein (The Savannah Hammer). Cuando encuentran herramientas para secuestros en la oficina de Falco, las pistas, que incluyen cloroformo y pruebas de que la víctima había estado investigando sobre el funcionamiento de alarmas o de cómo deshacerse de cadáveres, llevan a Castle y Beckett al medio del bosque, donde encuentran una tumba recién excavada que no dudan en profanar. No obstante, no llegan a conseguir gran cosa, porque un hombre enmascarado los ata y los deja entre los árboles justo cuando encuentran una bolsa con un cuerpo. El cómo se desatan es una escena digna de mención, pues la extensa formación de Castle para sus novelas y su temporada de detective privado, los ayuda más de lo que se hubieran imaginado nunca. Gracias Castle por enseñarnos como librarnos de unas bridas. Finalmente, el caso se resuelve de un modo que yo no me esperaba: el cuerpo de la bolsa no era más que un maniquí que tenía las mismas lesiones que una joven a la que Falco había intentado representar. El maniquí pertenecía a una empresa de coches que pretendía ocultar el fallo de uno de sus coches que había causado el accidente a la chica. El asesino había sido Archie Bronstein, que no buscaba otra cosa que sacar dinero de los perjuicios de otras personas. Y así va el mundo.
Paralelamente a la investigación, en la comisaría están organizando un espectáculo llevado a cabo por los policías para recaudar fondos. Ryan y Esposito, siempre tan competitivos, están convencidos de que este año volverán a ganar el concurso de actuaciones y que deben superar su éxito de la anterior edición, su "Crime of our lives", versionando el tema de Dirty Dancing. El show iba a ser presentado por Jimmy Kimmel (claro que sí, de ilusión también se vive), pero tras su cancelación, Gates tiene que dejar de lado su orgullo y pedirle a Castle que sea él quien lo presente. La emoción en su cara es palpable, y no tarda en solicitar participar en el concurso junto con Beckett, con gran convicción de que gracias a su química podrán triunfar y superar a Espo y Ryan (química tienen mucha, pero la gracia de Espo y Ryan bailando no la supera nadie). Esto, claramente, a Beckett la deja con la boca abierta, pues como descubrimos más tarde en el episodio, tiene miedo escénico y Castle no lo sabe (ni nosotros después de siete temporadas). Me encantan los capítulos en los que los detectives se apuestan cosas unos con otros: esos piques hacen que todo sea mucho más divertido y la competitividad siempre es buena (si es sana, como en su caso), para sacar lo mejor de todos. 

Posteriormente, una lesión de Esposito, le da más alas a Castle, que ya se ve coronado y con el trofeo. Aunque poco después descubren que la lesión era falsa y que los detectives están ensayando en secreto una y otra vez su actuación: "Get Lucky" de Daft Punk, y que Espo está perfectamente bien. Finalmente, Jimmy Kimmel consigue finalmente ir a la gala benéfica y Castle y Beckett se ven apartados del escenario. Extrañamente, Castle no está tan decepcionado como cabría esperar, y es que, tras oír a Beckett contarle a Martha sus miedos sobre el escenario, decide convencer a Kimmel para que se digne a presentar la gala (Castle es un amor de hombre). Ryan y Espo ganan el concurso, y claramente no pueden estar más contentos. Realmente, esperaba que pudieramos ver el concurso (aunque no es el tema que trata la serie), porque hubiera querido ver a Espo y Ryan aplaudidos por todo el cuerpo de policías, que si ya son divertidos en privado, ver sus caras al ganar el trofeo, hubiera sido todavía mejor. Además, me hubiera gustado que finalmente Castle y Beckett participaran, aunque no me quejo con la escena final en la que cantan desde la ducha, con coreografía y todo, y hay que destacar que son los propios Stana y Nathan los que cantan. Me gusta ver cómo Castle y Beckett intentan no decepcionarse el uno al otro y como aceptan los "defectos" del otro. Son perfectos y no pueden ser más monos. Cuando quieran, pueden hacer un espectáculo, aunque sea en el salón de su casa.

"The only audience I care about is you"- Castle




Doralicia (@Doralais)
También podría interesarte:Crítica del 7x17 "Hong Kong Hustle" de CastleCrítica del 7x16 "The wrong stuff" de Castle3XCastle