Babycall empieza como un drama familiar, una madre se separa de su marido llevándose a su hijo porque les maltrataba fí9sicamente a ambos. Lo que aparenta ser tan solo un dramón se torna poco a poco hasta mezclarse con un trama que tira más hacia el misterio e incluso el terror paranormal. Esto sucede cuando el walkie-talkie para bebes que le tiene puesta la madre a su hijo comienza a interferir en otra onda de emisión y nuestra protagonista escucha gritos y sonidos de maltrato.
En un principio se agradece el cambio de género, pero tardamos muy poco en arrepentirnos. La película resulta aburrida, vacía, y es tremendamente tramposa y truculenta. Si el espectador espera que al final todo quedara explicado ya sea desde un punto de vista racional o desde el paranormal, que se vaya olvidando, muchas chorradas y el autor no se hace responsables de ellas.
En resumen no es más que una chorradilla, un intento de mezclar géneros y hacer un todo que resulte homogéneo e ingenioso, pero cuanto más avanza la trama más nos cercioramos de lo mal llevada que está y más nos convencemos que el final será terrible, y efectivamente, así es.