Crítica doble a El Gran Hotel Budapest: Había una vez... (el tío al que le iban las maduritas)

Publicado el 16 enero 2015 por Perraez

P - ¿No le daríais un buen ostión?

P - Wes Anderson, ese buen hombre con pintas de niño bien treintañero (ya sé que tiene más de 40, no seáis tocapelotas), ese chaval que le ves y te dan ganas de darle de ostias. Ese, es uno de los directores con el culo más lamido de la actualidad. ¿Por qué? Pues porque hace buenas películas, eso sí, muy especiales. Básicamente, porque hace pelis de animación infantiles, pelis de animación infantiles para adultos. Ver una película suya te transporta a tu infancia, a esas tramas tan complejamente simples, ese optimismo, esa ligereza de espíritu, ese afán de entretenimiento y risas. A todo esto, os preguntaréis si me ha gustado la peli (porque sino, ¿qué cojones hacéis aquí?). Pues sí, me ha gustado.
A - Qué quieres que te diga… A mi infancia no me recuerda, pero lo que sí que me ha recordado, en ocasiones, es a las típicas películas de “Agárralo como puedas”, un humor tan absurdo que te ries de lo tonto que pareces viendo esas películas. Me parece que en esta película he visto la persecución más tonta del cine, ¿el perseguido esperando ver al perseguidor por si se distancia demasiado? Para mear y no echar gota… Lo que también me ha fascinado es el asombroso reparto con el que cuenta este moribundo hotel, actores reconocidísimos que si no te fijas bien te los pierdes de lo poco que salen, en fin, al menos aparecerán en los créditos.
P - Bueno, a mí no me ha recordado demasiado a la trilogía absurda de Leslie Nielsen la verdad, esas películas superan lo absurdo para ir a un nivel muy superior. Y también (al menos con la primera entrega) me reí mucho más. Con “El Gran Hotel Budapest”, lo que es descojonarme tampoco, me he reído bien en un par de escenas, pero no mucho más, tampoco es que sea una película de pegarse carcajadas, más bien de pegarte una omnipresente sonrisa en la cara. Me ha gustado, sin apasionarme. Pero eso no quita que Wes Anderson me caiga mal. Dios sabe por qué.
A - ¡Qué suerte! Yo no puedo decir que me caiga mal este hombre, aún no lo conozco… Ya me lo presentarás. Lo que sí que conozco es su película y puedo decir que me cae bien. Pero me cae mejor Adrien Brody y el niño indio que aparece en pantalla continuamente con un bigote pintado con permanente, se le coje cariño al pequeño, bueno, y no tan pequeño Zero. Lo que me da rabia es que se te introduzca una historia de amor desgarradora para que después se quede en un segundo plano doloroso, muy doloroso para la muchacha con la cicatriz en la cara (si, cada personaje tenía algo bastante extraño…)

P - Eso sí, reconozco que los personajes (si es que se les puede llamar personajes, porque son puras caricaturas) son graciosos, básicamente por eso, no es que sean planos, es que sencillamente no son humanos, carecen de seriedad y profundidad, y eso no es que sea nada malo, en este caso queda bien, ya que la historia viene a ser otra caricatura carente de seriedad y profundidad. Sin duda es una buena película, sin embargo de ahí a los miles de galardones que se está llevando ya es otro tema.
A - Ya… No la veo yo tan buena como para llegar tan rápido a la gloria, pisoteando y pasando por encima de películas que no le tienen nada que envidiar a esta comedia infantiloide. Pero bueno, no somos quien para quitar premios a nadie. En fin, he de decir que yo también colgaría las llaves de mi casa en una estatua pública.- ¿A riesgo de ser allanado?  - A riesgo de ser allanado.