Crítica: El impostor de Bart Layton

Publicado el 13 mayo 2013 por Reinfeld @reinfeld183



Título original: The Imposter Director y Guionista: Bart Layton Música: Anne Nikitin Fotografía:Lynda Hall, Erik Wilson Distribuidora: Avalon Fecha de estreno: 10 de mayo de 2013
En la última edición del Atlántida Film Fest había una interesante selección de documentales que rompían los moldes de lo que estamos acostumbrados. Ejemplos como Los increíbles, Mi loco erasmus o Your lost memories nos enseñan que hay margen para los directores para que experimenten y para la creatividad. La película nos cuenta una historia bastante extraña. En 1994 un adolescente de trece años Nicholas Barclay desaparece en la ciudad de San Antonio, Texas; tres años después aparece en Linares, Jaen sin que nadie sepa lo que ha pasado ni cómo ha podido llegar hasta allí. Pero ya desde el principio se nos dice que quien está en España no sólo no es Nicholas Barclay sino que no se parece en nada, es simplemente alguien que se hace pasar por el chico para poder estar en el centro de menores y tener un cierto cobijo, pero la trama se complica cuando la hermana coge un avión para llevar a su hermano de nuevo a casa. Aunque se encuentra con alguien que tiene al menos diez años más que su hermano, que su color de pelo es distinto y apenas se parecen, no sólo no lo rechaza sino que lo identifica.

La capacidad que tiene el impostor para tergiversar la realidad y hacer creer a los demás lo que a el le interesa es realmente fascinante. Como un buen mentiroso o un buen mago hace que nos fijemos en lo que a el le interesa para que nos creamos lo que a el le viene bien para seguir manteniendo la mentira. Que verdad es el dicho este de “de lo que te digan no te creas nada y de lo que veas sólo la mitad” Y es que resulta bastante complicado que alguien de 27 años, con el pelo oscuro y los ojos negros puede hacerse por un joven de 17 con el pelo rubio y ojos claros. Pero el sabe todos los trucos y cómo debe actuar y qué debe decir para que su relato resulte creíble, no sólo para los policías, psicólogos y trabajadores sociales en España sino también a la familia de Nicholas. Quizás ahí pueda resultar más extraño que puedan engañar a una hermana, pero tras tres años de angustia y de malestar por la perdida de un ser querido el deseo de tenerlo cerca puede que haga que se confunda o que se deje engañar porque sea más fácil asumir una dulce mentira a una terrible verdad de que quizás nunca vuelva a ver a su hermano con vida. Y el impostor es tan grande en sus mentiras y cómo manipula la historia que a los espectadores también nos manipula y nos hace ver lo que a el le interesa.

Muy buena historia que sorprende y que una vez vista nos hará reflexionar en lo que hemos visto y pensar qué es verdad y qué es mentira.