Basada en una novela de Rob Smith nos llega El niño 44 de la mano del director sueco Daniel Espinosa. Su nombre en castellano es porque es de origen chileno y ya hablamos de él cuando estrenó su anterior película El invitado. La acción nos lleva a la Rusia comunista de los años cincuenta en la que un miembro de la policía empieza a cuestionarse el sistema al ver que no se investiga los asesinatos de unos niños por un asesino en serie. La película podría calificarse como una mezcla de drama histórico en donde se nos cuenta las dificultades de vivir bajo un régimen opresor que no permite la mínima discrepancia y un thriller policiaco en dónde se busca a un asesino de niños. Aunque no sea una película política, al mostrarnos una realidad no es complicado sacar unas reflexiones de cómo pudo ser la situación de las personas. No vivían en libertad y estaban obligadas a sobrevivir en unas condiciones muy difíciles. La estabilidad que les proporcionaba el estado es una fachada que escondía miseria, autoritarismo y una sensación total de inseguridad. En un lugar en donde no se concibe el asesinato porque se presupone que todo está controlado la búsqueda de la verdad puede ser lo más subversivo. Investigar la verdad de unos crímenes cuando la versión oficial dice que son accidentes no es nada sencilla. El protagonista es un hombre que ha vivido siempre engañado y se da cuenta de que va algo mal cuando el hijo de su mejor amigo es asesinado y a nadie parece importarle. Si se oculta algo así por intereses ¿qué más puede estar haciendo el estado? Por suerte, no todos están en su contra y por el camino encuentra algún que otro aliado que le ayuda en su cometido.
Además de la historia en sí uno de los valores de la película es el reparto encabezado por Tom Hardy, Gary Oldman y Noomi Rapace. Es la primera vez que coinciden los tres en una película aunque ya se conocían porque Tom Hardy y Gary Oldman aparecen en el cierre de la trilogía de Batman de Nolan y Hardy y Rapace trabajaron juntos trabajaron juntos en La entrega el año pasado. La mezcla de géneros se hace agradable y puede gustar tanto a los que estén interesados en la historia como a los que simplemente les apetezca pasar un rato entretenido porque la parte de investigación policiaca se hace interesante. Además no es nada maniquea ya que da margen al espectador para que se cree sus propias ideas al respecto de los personajes. Ninguno es completamente bueno ni ninguno es completamente malo. Todos se mueven en matices y los actores hacen un gran trabajo al respecto. Una película más que recomendable.