François Ozon nos presenta una hermosa historia entre un profesor de literatura y un alumno con un gran talento como escritor. Lo que en in principio empieza como un simple trabajo de colegio, el joven Claude empieza un relato que va entregando por capítulos en donde va comando la fascinación que tiene por uno de sus compañeros de clase y la curiosidad por conocer su casa, a su familia y su forma de vida. Con la excusa de darle clases de matemáticas consigue entrar en la casa y meterse de lleno en la vida de esta familia. La necesidad del profesor por seguir con la lectura del relato hará que este haga cosas poco ortodoxas que tendrán consecuencias inesperadas sobre todo porque no sabrá si lo que Claude va escribiendo ha sucedido o es fruto de la imaginación del escritor. De todos modos, eso no es lo que más le preocupe sino que la historia resulte verosímil y que esté bien escrito. Como en las mil y una noches, lo importante es contar una historia que guste y que mantenga el interés.
La película es una adaptación libre de la obra de teatro El chico de la última fila. El director ha tomado la base de la historia haciendo cambios sustanciales, la obra del madrileño Juan Mayorga es una conversación entre dos personajes en donde no hay una separación por actos ni hay un espacio acotado. Cambia tramas, personajes y convierte un gran relato que habla de la literatura, de la fascinación por la vida de los demás pero siempre que nos la cuenten de una forma atractiva. Muy importante dentro de la película la música compuesta por Philippe Rombi pues aporta ritmo y emoción a la historia. Una hermosa banda sonora que resalta una gran historia.
La historia está protagonizada por el gran actor galo Fabrice Luchini al que hace poco hemos visto en Las chicas de la sexta planta e interpreta al profesor Germain. Gran actor de comedia pero que sabe emocionar en los momentos más dramáticos. El actor Ernst Umhauer es el joven escritor y aunque principiante demuestra un gran talento. El reparto cuenta con dos grandes actrices como son Kristin Scott Thomas y Emmanuelle Seigner. La primera es la esposa del profesor y lectora accidental del relato y la otra es la madre del compañero de clase, un personaje dulce y maternal de mujer de clase media que se aleja bastante de los personajes a los que nos acostumbra. Aunque no comparten escenas en esta película, en 1992 hicieron juntas Lunas de hiel dirigidas por Roman Polansky.
La película me parece una gran historia que me ha gusto mucho y me ha emocionado. No me extraña que este año se llevara la concha de Oro en el festival de cine de San Sebastián. Una obra maestra que no os deberíais perder.
En la casa se estrena hoy