Crítica Especial: La eterna niña sexy

Publicado el 30 abril 2010 por Elchapa
Algún día tenía que pasar. Tenía que venir la hermosa niña de Hollywood a dirigir algo, y hacerlo a lo grande; lo mejor que pudiera y con toda la convicción del mundo. Esa hermosa niña, eterna, es Drew Barrymore; y ese algo es “Whip It”, una película que no merece un estreno en DVD y que tratamos de remediar con una crítica especial. Ah, ojo, que está en los video clubes pero los malditos de Blockbuster (se comenta que cierra) no la tienen todavía. Pero está en todos los otros locales. Véanla!
La crítica de “Whip It”, a continuación.
“Whip It”
Drew Barrymore ha visto todo. Estuvo en todos lados, trabajó con todos; alcanzó la cima, se cayó hasta el fondo y, con paciencia y profesionalismo, intentó escalar nuevamente. El año pasado recolectó premios muy importantes por su fantástica interpretación en “Grey Gardens”, y también dirigió su primer film, “Whip it”, que es bastante como ella: encantador, fresco, ganador y sexy en esa forma tan particular que Barrymore siempre nos ha hecho pensar lo ‘sexy’. Algunos amigos se me ríen cuando digo que Drew Barrymore es sexy (sí, a vos te hablo Yaye); sé que es linda, pero también es sexy.
Hermosa y conciente como Barrymore, Bliss Cavendar es la heroína del film. La interpreta Ellen Page, que nos recuerda a Barrymore no por sus elecciones de papeles o sus habilidades actores sino porque tiene esa naturalidad especial: no la que te hace grandioso (cualquiera puede lograr la grandeza –algo más relacionado con lo que los otros piensan y rara vez interesado en la verdad dentro de las personas-, tarde o temprano, aún si no lo merecen), me refiero a la naturalidad que no cuestiona el hecho de que alguien ha nacido para vivir en la pantalla, por siempre. Barrymore es ese alguien, y también Page.
Pero la heroína Bliss es un ser particular. Particular porque desafía internamente la naturaleza sofocante de un pueblo de Texas llamado Bodeen. La escena que abre el film es la preparación de un concurso de belleza. Mientras todas las chicas parecen Barbies a punto de ser guardadas en una caja, Bliss está en el baño con su mejor amiga Pash (Alia Shawkat, revelación) resolviendo una situación relacionada con un pelo color azul, si saben a que me refiero. Y no es que Bliss no sea hermosa (dije que lo era, ¿no?) e inteligente; puede ganar cualquier concurso de belleza pero no cree en ello. Aún así, lo hace porque es importante para su madre (Marcia Gay Harden, conmovedora como de costumbre). Además, no es que sea la adolescente rebelde, brillante y semi-revolucionaria que quiere cambiar el mundo. Necesita salir de Bodeen, simple y claro; y su mejor amiga necesita lo mismo. Esperen, todavía no he mencionado la mejor parte del personaje principal. Bliss sabe perfectamente lo que no quiere, pero todavía no ha encontrado lo que sí quiere; eso que va más allá de lo común y que podría –o no- definirla de alguna manera. La vemos trabajando en una cantina, y luego acostada en la cama. Podemos percibir que no es infeliz, pero tampoco se puede decir que vive llena de felicidad.
Como directora, Barrymore es lo suficientemente sabia para presentar a Bodeen no como el estúpido pueblito que podría aparecerse ante nosotros. Supongo que Shauna Cross, la escritora del film y autora de la novela en la que se basa, sabe que un pueblo como este no es siempre como lo vemos en películas. Pero Barrymore tiene la carta clave. Ha visto suficiente como para entender que hay desarrollos de trama convencionales que no pueden saltearse. Si hasta sabe que el papá interpretado por Daniel Stern tiene que ser medio primitivo pero con el corazón más grande que el resto de los personajes de la película. Sin embargo, ella lucha. No, no para traer algo nuevo (en ese caso, el ‘roller derby’, un deporte y evento principal del film, es algo lo suficientemente inexplorado): lucha por algo puro, honesto. La conexión transparente que siempre ha transmitido como actriz hace de “Whip it” la película que ella hubiera elegido hacer pero no pudo ser real hasta ahora. Ahora ella manda.
Es por eso que la música –de “The Section Quartet- suena, más que nada, como una banda sonora silenciosa, que no habla por los personajes. Es por eso que los personajes mayormente ni siquiera hablan por sí mismos (hay una escena romántica hermosa, filmada bajo el agua, que comienza con pura gestualidad y concluye del mismo modo, con miradas expresivas y total falta de palabras), excepto ‘Hot Tub’ Johnny Rocket (interpretado por Jimmy Fallon que, bien dirigido, es verdaderamente bueno, y logró la mejor actuación de su carrera junto a Barrymore en “Amor en juego”-aquí mi crítica-), el relator de los partidos de Roller derby, un personaje necesariamente insoportable que atenta contra la callada naturaleza del film. Es por eso que Bodeen nunca es realmente Bodeen y los sermones nunca son sermones (las conversaciones entre Bliss y sus padres, que son varias, son cortas y potentes, sin intentar un impacto dramático que sólo ocurre –inevitablemente- hacia el final y entre los padres, o cuando los padres están solos). Es por eso que hay un personaje que canta interpretado por un cantante, Landon Pigg.
Quiero decir, puede que exagere pero creo que Drew Barrymore es quizá la única persona que puede juntar un elenco que incluye a una doble de riesgo (Zoe Bell), una rapera (Eve), una comediante de Saturday Night Live (Kristen Wiig), dos probables skaters que nunca hicieron un film en sus vidas (Kristen Adolfi y Rachel Piplica), un comediante relativamente desconocido (Andrew Wilson) y una actriz nominada al Oscar (Juliette Lewis), entre otras cosas. Por supuesto que Barrymore hace un papel, pero uno muy pequeño, gentilmente exagerado hasta el punto que el espectador nunca está esperando su aparición. Y aún cuando es imposible obviar un momento creado por ella, enteramente para ella, en el que grita “¡pelea de comida!”, la Barrymore directora también demuestra ser poco egoísta y deja que sus actores brillen.
Oh, sí, brillan, en la historia sin fin que habla de encontrarse a uno mismo. El momento en el que Bliss conoce a tres jugadoras de roller derby, algo se quiebra (para bien); en ella y en la película, que hace lugar para una de sus pocas tomas en cámara lenta. Después hay un segundo momento, en el que luego de ver su primer partido, Bliss se acerca a una de las jugadoras y le dice: “Quería decirles que son mis nuevas heroínas”. Cuando uno sabe lo que quiere, ahí es cuando uno se vuelve sexy. La cosa con Drew Barrymore es que ella siempre lo supo.
---8/10
PD: La semana que viene, sin falta, el BAFICI, que me lo debo a mi mismo y a aquellas personas que leen esto y anduvieron por el festival!