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Ficha técnica | Título: Zjednoczone stany milosci. Director: Tomasz Wasilewski. Guión: Tomasz Wasilewski. Reparto: Julia Kijowska, Magdalena Cielecka, Dorota Kolak, Marta Nieradkiewicz, Tomek Tyndyk, Andrzej Chyra, Lukasz Simlat. Género: Drama. Duración: 106 minutos. Año: 2016. País: Polonia, Suecia. Fotografía: Oleg Mutu. Productora: Telewizja Polska, Film i Väst . Distribuidora: Golem Distribución.
Década de los 90, después de la caída del muro de Berlín. Polonia. Es una época de euforia por la libertad, pero también de incertidumbre ante el futuro. En estos años de cambio, Agata es una joven madre viviendo en un infeliz matrimonio y Renata una profesora fascinada por Marzena –ex modelo que tiene a su marido trabajando en Alemania–, cuya hermana Iza es la directora del centro educativo que se enamora del padre de uno de sus alumnos.
Soy plenamente consciente de que me pierdo muchísimas cosas cuando veo una película. Mayor es la pérdida si cabe cuando se trata de cine independiente, extranjero subtitulado y de según qué características. Y aunque algunas cosas si las llegue a pillar y esté aprendiendo, a veces simplemente no caso con lo que me están mostrando. Probablemente porque no lo he entendido.
Pues eso me ha pasado con “Estados Unidos del Amor”. No diré en ningún momento que me parezca una mala película, porque creo que está bien hecha y nunca hay que demeritar el trabajo de nadie. Pero no entiendo ciertas decisiones, de verdad.
No sé si por mano de Wasilewski o si el mérito es de la fotografía (Oleg Mutu), pero el sentido visual de la cinta es bastante identitario y potente. Acompañado de un mensaje turbio y franco, consigue darle cierta personalidad a la obra, siendo ésta una mezcla de colores pasteles y frialdad constante. Sin duda lo más destacable es la realidad que intenta representar a través de varias mujeres encerradas en una relación tóxica que conduce a la infelicidad.
A mi no me gustó. Básicamente por dos detalles, que son simplemente cuestiones personales que como consumidor no puedo dejar de lado. Primero, que si tengo que esforzarme y exigirme durante las dos horas que dure el film en que me interese lo que está ocurriendo, es que o no es para mí, o no has conseguido hacer una historia y/o personajes con vida, con los que empatizar. Y segundo, necesito acabar la experiencia de alguna manera. No voy a entrar en spoilers, pero cuando una película acaba en un momento como podría ser cualquier otro, me cabreo. No pido un final cerrado en que todo quede explicado y atado, pero sí que tenga la sensación de que ya puedo marcharme. Que he vivido esa historia y aunque ahora mi camino se separe puedo estar tranquilo de haber acabado en ese punto. Esto lo entenderéis sobretodo si la veis.
Así que lo único que quiero pediros es, si elegís verla (en vuestra mano queda, yo en ciertas ocasiones no puedo recomendar o negar que tenéis que verla), y leéis esto, por favor hacedme saber vuestra percepción. Lo peor de casos como el de la cinta polaca que nos atañe, es que me quedo con el ansia de saber si el resultado final es todo por influencia de mis manías, carencias y gustos, o si hay varios detalles que muchos hemos sacado en común. 7 de julio en vuestros cines. ¡Manifestad qué os parece!
Crítica: Dani Pereira