Revista Cine

Crítica expediente warren: el caso enfield (2016), por albert graells

Publicado el 06 julio 2016 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA EXPEDIENTE WARREN: EL CASO ENFIELD (2016), POR ALBERT GRAELLS
“Expediente Warren: El caso Enfield”, como secuela, resulta mejor que su antecesora, bastante mejor. Los personajes están mejor presentados, están bien desarrollados, y la historia, o las dos historias mejor dicho, porque hay dos tramas principales, están muy bien construidas en paralelo, y se entrelazan perfectamente.
La dirección de James Wan termina por ser estimulante, demuestra saber, no sólo usar bien las claves del terror sin abusar de los sustos, sino también crear un ambiente de inquietud, una atmósfera de mal rollo. “Expediente Warren: El caso Enfield” sigue la misma fórmula usada mil veces, en cuanto a esto no destaca por encima de las demás propuestas de su género, no reinventa ni innova ni revoluciona el género ni lo pretende. Lo que hace que la película destaque de entre todas las demás de su género, y la sitúa entre las mejores, es su capacidad de generar angustia real en el espectador, una angustia como alguien pueda tener al ver por primera vez “El exorcista”, por ejemplo. Yo tenía doce años cuando vi por primera vez “El exorcista”, de hecho vi el montaje del director. Nunca antes pasé tanto miedo. “Expediente Warren: El caso Enfiel” me ha hecho sentir la misma sensación de angustia que cuando vi “El exorcista” por primera vez con doce años.
De hecho se nota que James Wan se ha revisionado “El exorcista”, y más de una vez, antes de hacer “Expediente Warren: El caso Enfield”, pues en la película se puede apreciar una evocación a “El exorcista”, no muy descarada, pero sí detalles perceptibles.
James Wan hace un uso muy creativo de la cámara. No sólo con respecto a los movimientos de cámara, que son espectaculares, sino también a los encuadres, a la composición visual, incluso al enfoque y la iluminación. Lástima que Wan no usase esos aspectos de forma tan creativa en “Furious 7”.
Las escenas de miedo son muy terroríficas, James Wan sabe construir bien esas escenas. De hecho, la escena más terrorífica de la película es una escena en la que no hay sustos, pero aun así la escena resulta escalofriante, sobretodo un momento de la escena, que es un plano fijo que se mantiene durante mucho rato, y en el que el miedo se transmite a través de la actuación de Patrick Wilson y del uso creativo de la iluminación, el foco del objetivo de la cámara y de unos discretos efectos especiales. En “Expediente Warren: El caso Enfield” Wan usa los efectos especiales de forma creativa para construir momentos de terror realmente espeluznantes.
CRÍTICA EXPEDIENTE WARREN: EL CASO ENFIELD (2016), POR ALBERT GRAELLS
Sin embargo hay algo que Wan no hace tan bien, y no sólo en esta película sino en todas sus películas de terror, que es la reacción de los personajes ante algo que les asusta. Son reacciones que están bien hechas por los actores, pero no se ajustan a la realidad. Para aclararlo voy a explicar una anécdota que me ocurrió. En el bloque de pisos en el que vivo, en la escalera de al lado, vive en la misma planta que yo un pobre hombre que está senil, tiene alzheimer o algo así, y se desorienta con facilidad. Una mañana que estaba sólo en su casa salió al patio y pasó por encima de la valla que separa su patio del mío. No sé como pasó por encima de la valla, es igual, el caso es que el pobre hombre no sabía como volver a su casa y se puso delante de la puerta por dónde se entra en mi patio, que es una puerta de mi cocina, una puerta que tiene una cristalera de esas que difuminan la imagen, la desenfocan por decirlo de algún modo, que está en mi cocina y por la que se accede al patio. La cuestión es que, justo en el momento en que el vecino senil estaba delante de la puerta de mi patio, yo pasaba por el vestíbulo, en el que hay una puerta que da a la cocina y estaba abierta en ese momento. Entonces yo pasaba por el vestíbulo para ir a la cocina y miré en dirección a la puerta que daba al patio, que estaba al otro lado de la cocina, enfrente de mí. Lo que había al otro de la puerta era un hombre, un pobre hombre senil, algo que no es terrorífico, pero claro, es que yo no veía un hombre senil, veía un alienígena. Como el patio es abierto, y hacía un día con mucho sol, entraba mucha luz en el patio que hacía contraluz a mi vecino senil, y encima, como estaba detrás de la puerta, la cristalera le difuminaba la imagen, y por lo tanto la imagen que proyectaba era como la silueta de un alienígena, algo como lo que veía Joaquin Phoenix en la televisión en una escena de “Señales”, algo así era. Imaginaos la situación, me dirijo a la cocina, y cuando estoy en el vestíbulo veo a unos metros delante de mí, al otro lado de la cocina, una imagen que identifico con la silueta de un alienígena. Del susto pegué un grito que se oyó en toda la plaza y salté hacia atrás golpeándome la espalda contra la puerta del piso. A la derecha del vestíbulo hay diez metros de pasillo y al fondo está el cuarto de baño, crucé el pasillo rompiendo el récord de velocidad y cerré la puerta del cuarto de baño como si la vida en la Tierra dependiera de ello. No sólo eso. Mi vecino senil entró en mi piso y trató de abrir la puerta del cuarto de baño, y yo al otro lado de la puerta, aterrado, tratando de mantener levantado el pomo de la puerta con todas mis fuerzas porque creía que lo que estaba tratando de abrir la puerta era un alienígena. Eso es lo que falta en las reacciones de los personas de las películas de terror de Wan cuando ven algo que les asusta, gritan y se levantan y se echan para atrás un poco, pero nada más. En “Expediente Warren: El caso Enfield” hay varios momentos en los que una de las niñas ve algo que la asusta, y hace eso, grita y se hecha un poco para atrás. Cualquiera en la situación de la niña, después de ver lo que ve la niña, después de gritar, sale corriendo cagando leches cual coche de Fórmula 1 y no para hasta llegar a Glasgow. Esa es la reacción normal y más generalizada que tiene cualquier cuando ve algo que le asusta tanto como me pasó a mí. Para sus próximas películas de terror Wan debería procurar que los personajes tengan más esa reacción cuando algo les asusta.
CRÍTICA EXPEDIENTE WARREN: EL CASO ENFIELD (2016), POR ALBERT GRAELLS
Es un buen detalle que Wan haya tocado el caso de Amityville, y también es un buen detalle porqué y cómo lo ha expuesto. Wan no ofrece una introducción de la película mostrando el caso de Amityville sólo por el tema de voces, fantasmas, espíritus y efectos poltergeist, que también, sino porque sirve como transición de escenario, el cambio de escenario que hay de “Expediente Warren” a “Expediente Warren: El caso Enfield”. Mientras que en “Expediente Warren” el caso sucedía en una zona rural, boscosa, del Cinturón de la Biblia, que es una zona muy dada a ambientar historias del género, en “Expediente Warren: El caso Enfield” el caso sucede en una zona urbana de los suburbios vecinales (eso ya hace reminiscencia a “El exorcista”), eso hace que la película se haga más cercana al espectador (algo que intentó y no consiguió Juan Carlos Fresnadillo con la fallida y decepcionante “Intruders”). Curiosamente “Expediente Warren” mostraba una introducción ambientada en una zona urbana, es en esos detalles dónde se percibe las reminiscencias de Wan.
“Expediente Warren: El caso Enfield” es totalmente recomendable para los que disfrutan del género de terror centrado en los fantasmas, exorcismos, posesiones y demás. Son dos horas y cuarto que se pasan volando, se hace siempre entretenida, terrorífica y aterradora en no pocos momentos, continuamente malrollera e inquietante. Una película que la disfrutas y que, con entusiasmo, la volverías a ver y volverías a disfrutar.
Lo mejor: Vera Farmiga.
Lo peor: Nada.
Mi calificación es:CRÍTICA EXPEDIENTE WARREN: EL CASO ENFIELD (2016), POR ALBERT GRAELLS

Volver a la Portada de Logo Paperblog