Crítica exprés: Othelo (Ciclo de teatro latinoamericano: Argentina)

Publicado el 21 noviembre 2015 por Universo De A @UniversodeA

Originalmente, sólo pensaba acudir a dos obras de este ciclo; la de Uruguay (que como recordaréis tenía ciertas reservas) y esta, que, a pesar de que había visto (y me había espantado) con las fotos del montaje, al menos, pensé, siempre me quedaría el texto de Shakespeare, y anda que no estamos acostumbrados a ver montajes de pretendidos modernos y tener cerrar los ojos para poder apreciar lo que sí vale la pena… la verdad es que yo estaba como loco por volver a ver Otelo (además, hace relativamente poco volví a ver la ópera de Verdi, con lo cual, quería volver a saborear el Shakespeare original…).

Entre eso, y mi inesperada fascinación y admiración por la anterior obra de este ciclo que fui a ver (y que tanto aplaudí en este blog), pues allí fui, directo a ver Otelo.

Lo que me encontré, lo comentaré a continuación; pero sí hay algo que tengo claro, estos montajes que nos han llegado, no son una casualidad, se supone que son representativos del teatro que se está haciendo en otros países, se supone que nos están mandando sus trabajos de mayor calidad… lo que no deja de resultar interesante, y una cuestión fascinante para reflexionar, acerca de como se desarrolla el arte en el mundo, las influencias… etc.

Por otra parte, respecto al Matadero, comentar que la atención al público se ha vuelto solamente regular, aceptable (anteriormente he llegado muchas veces a calificarla de excelente)…. Sigo reivindicando también unos programas de mano con más contenido. Tampoco me termina de convencer el logo que han diseñado para estos espacios y que sale en todos ellos (bueno, ni su estética, pero eso ya lo he comentado anteriormente).

-Othelo: ¿alguna vez habéis visto como una persona se burlaba de otra, con crueldad, pero con un ingenio tan brillante que os produjo risa?, ¿alguna vez formasteis parte de la turba que le ríe las gracias a una persona que no se comporta bien pero que es muy divertido, incluso a pesar de ser a costa de otro?; probablemente sí, seguramente alguna vez os visteis en esa situación, pues se puede dar de modos y en circunstancias muy variadas. Si tenéis conciencia, seguramente luego os arrepentisteis, y fuisteis conscientes de que lo que pasó, y de que vuestra manera de actuar no estuvo bien; sí vale, los comentarios eran ingeniosos y divertidos, pero no está bien machacar o humillar a nadie sin razón; sin mencionar que, aunque no lo hicierais directamente, con vuestra risa, participasteis en ello. Así es como me sentí yo al finalizar esta obra. Eso, y con un fuerte sentimiento de estafa, de haber sido engañado, toreado hábilmente.

Por supuesto, se puede deducir mirando las fotos de la producción, no tiene nada que ver con un Otelo clásico, e iba preparadísimo para eso, para esperar lo peor, para aguardar algo infame, vulgar y desagradable, una cursilada monumental, el típico tío que cree haber inventado lo mil veces hecho… pero nadie podría esperar lo que vi.

En realidad, no me extrañaría nada que desconcertase a todo el mundo, y la crítica de su país (y del extranjero), pues esta producción es algo tan fuera de lugar, tan inesperado, que tardas en reaccionar, en poder calificarlo (por lo general, es fácil intuir lo que vas a pensar al final según van pasando los primeros minutos, sin prejuicio de que las cosas se tuerzan luego hacia un lado u otro).

La versión de Gabriel Chamé (que adapta y dirige), aunque cuesta creerlo por las cosas que dice en el programa de mano; es una burla infame, cruel y desproporcionada hacia la obra de Shakespeare, irrespetuosa y absolutamente irreverente; si hubiera sido sobre una cuestión religiosa, debería de calificarse de “blasfemia” con todas sus letras y con todo el significado de esa palabra.

Me explico, la obra se hace, más o menos, siguiendo el hilo del original, pero mofándose todo el rato de ello, haciendo todo tipo de payasadas fuera de lugar, unas barbaridades espectaculares, un escarnio desmedido… no es que yo esté en contra de la desacralización de los clásicos o de las parodias, nada más lejos; pero es que esta producción no es ni lo uno ni lo otro, porque no le tiene el más absoluto respeto al brillante material original (y para colmo, hay un retrato de Shakespeare presente todo el rato para que pueda ver, in efigie, como vituperan su obra de la manera más bárbara, y con el cual incluso hay un amago de acto sexual).

Te ríes, desde luego, varias veces, porque es una auténtica payasada, una bufonada plagada de chistes estúpidos, una tontería monumental que jamás se puede tomar en serio, y de la que tienes que reírte porque es demasiado surrealista, ridículo y bobo… pero cuando llegas al final, eres consciente de que es una risa estéril, y de ahí el sentimiento de estafa, puesto que no había nada inteligente tras ello; no nos encontramos con una nueva visión de la obra, no es una parodia, no nos aporta nada nuevo… simplemente una representación esperpéntica que busca el chiste fácil y la gracia chabacana.

Sentí, también lo reconozco, compasión hacia los actores, que se han matado a memorizar un texto difícil, y que cualquier intérprete querría hacer; para que se destrozase de esta manera (aunque en tantas producciones sucede eso)… pero culpa también tienen, que se prestaron a ello (si bien, siempre podrían argumentar que de algo tienen que vivir).

No voy a mentir, la sala estaba bastante llena y hubo gente que salió contenta e incluso hubo una cantidad de aplausos importantes… pero también aullidos como si estuviéramos en un concierto (de lo cual también se deduce el nivel cultural de algunos, si es que hay gente a la que no se puede sacar de casa…); ¿pero ello significa que la obra tenga sea buena?, y según esa regla, ¿la telebasura tiene calidad por más audiencia que tenga?.

En definitiva, No puedo, ni debo, ni quiero recomendarla, porque sinceramente, no creo que aporte nada. Es vulgar y absolutamente vacua.