-La canción del mar: no me explico las buenas críticas (sin mencionar las múltiples nominaciones), debe ser sólo por apoyar un producto europeo de una industria incipiente, porque otra cosa, o que quizás se agradece la vuelta a la animación tradicional (algún crítico llegó a comentar, no sin razón, que esta película suponía toda una patada al cine de animación por ordenador), porque otra cosa… en cierto modo, parece la típica película sobre la que se les dijo a los críticos que tenían que decir que les gustaba.
Pero desgraciadamente la película deja mucho que desear en muchos aspectos que explico a continuación.
Se parte de una idea interesante, como siempre lo es la mitología y las leyendas, que es trazar una historia a través de las conocidas selkies (es decir, las mujeres foca); no es en absoluto un tema nuevo u original, puesto que ya se ha hecho anteriormente con resultados más que aceptables en películas como “El secreto de la isla de las focas” (filme también de origen irlandés, aunque de acción real; y del que esta nueva película de animación tiene más de una influencia), pero siempre se puede aportar una nueva mirada; al fin y al cabo, todos sabemos que las historias de siempre pueden versionarse exitosamente de forma continua sin que pierdan un ápice de su interés, el mejor ejemplo, es la moda actual en Hollywood por revisionar los cuentos de hadas (tenemos un ejemplo muy reciente estrenado hace nada).
Lamentablemente, la historia está muy mal trazada, y se pierde metiendo más y más criaturas mitológicas que cada vez tienen menos sentido a medida que avanza la trama. A ello no ayuda nada un guión totalmente desestructurado, lleno de incoherencias y sinsentidos; que se entierra, sin remedio, en la fosa que se ha cavado él mismo. Como la historia es tan extremadamente lígera, además resulta muy difusa, pues por supuesto no hay una auténtica definición de los personajes, a los que conocemos de una forma muy superficial y de los que es difícil entender sus motivos y acciones en alguna que otra ocasión.
Con semejante material de partida, claro está, es casi imposible que la película no resulte profundamente aburrida, larga, pesada… y efectivamente lo es; lo cierto es que acaba importándonos muy poco lo que pueda pasar o lo que vaya a ser de unos personajes con los que no hay forma de empatizar. No digo que la película no tenga algunas buenas reflexiones en algún momento (todas muy adultas, también lo digo), pero son la excepción, y suponen un auténtico esfuerzo para el espectador, que no tiene porque tapar todos los inmensos boquetes por donde se hunde este barco argumental.
La dirección es muy poco adecuada para esta película, muy europea en el mal sentido: lenta, reflexiva, insoportablemente obsesionada con pararse en donde no hay nada que ver, sobre lo que pensar o en lo que deleitarse estéticamente.
La animación, que debería de ser lo mejor y lo más interesante, es sin embargo lo peor de la cinta, resultando absolutamente rudimentaria; ya dejemos de lado su estilo absolutamente infantil de cuento para niños, que no le favorece en absoluto… pero es que además resulta extremadamente vulgar y abocetada; y al contrario de lo que suele suceder en este género, es incapaz de retener nuestra atención por el aliciente estético, es más, su simplicidad llega a molestar, da la impresión de que te estén tomando por tonto. Apenas hay algún momento destacable.
En definitiva, una mala apuesta y una película sumamente olvidable; y es una gran pena, la animación tradicional necesita urgentemente un resurgimiento.