Crítica: Gigantes de Acero

Publicado el 15 octubre 2011 por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Sorpresiva propuesta de entretenimiento familiar ha resultado ser “Gigantes de Acero”. Sin importar las desventajas que pueda tener un libreto por de mas trillado, logra triunfar con el público tal y como lo hace Atom en la arena.

En el lejano 2020 las peleas de Box son estelarizadas por robots, el cual deja atrás el aspecto deportivo al ser simplemente las habilidades de programación o estrategia la que te proporciones el triunfo. Es en este mundo futurista es donde conocemos la patética vida de Charly (Hugh Jackman) tratando de generar ingresos que le permita pagar sus múltiples deudas ( No de las tiendas Coppel o de Elektra). Para empeorar el asunto, debe de hacerse cargo del hijo que abandonó de bebé. De ahí en adelante, es  la pasión por las luchas con robots lo que los une y el resto resulta tal y como lo hemos visto cientos de veces.

El gran acierto ha sido la correcta elección del elenco, que sobresale con personalidades de las que somos capaces de levantarnos de nuestro asiento y aplaudir de emoción. No se que tanta influencia haya tenido el director Shawn Levy de quien conocemos por clásicos como: La Pantera Rosa, Una Noche Fuera de Serie (Date Night), Una Noche en el Museo. Con ese legado a cuestas había temido una catástrofe, pero increíblemente al final todo funciona hasta con cierto grado de maestría al lograr envolvernos emocionalmente en las peleas dignas de la WWE.  También tenía mis dudas en lo que respecta a las actuaciones,  aunque Hugh Jackman tiene sus momentos de grandeza, no hay que negar que es en ocasiones es opaco y monótono como lo fue en Wolverine; de Evangeline Lilly tampoco podemos presumir demasiado al saber que todos los episodios de Lost donde fue protagonista eran los peores de la temporada. Lo cierto es que nada de eso está presente aquí y ambos logran involucrarnos  en cierta medida a sus dilemas , no con la fuerza pasional de un amor que dura siglos, pero si con al menos algo de interés por el que triunfen. Contrario a mis expectativas, el trabajo del niño actor Dakota Goyo logra su objetivo de ser la representación de las emociones de la audiencia infantil por tener su propio robot:  no es fastidioso, estúpido y mucho menos pretende ser adorable.

Lo más llamativo de la cinta son ciertamente las batallas coreografiadas de tal forma que se entienda la acción , con una que otra sorpresa al tratarse de seres mecánicos capaces de soportar tan crueles castigos. Lo increíble es que son casi indestructibles al funcionar como caricaturas que deben de rellenar el tiempo requerido y recordándome a cada momento la serie de Yu-Gi-Oh! con un toque de Raw y Smackdown. Hasta los villanos tienen ese aire estilizado de actitudes arrogantes a los que hay que vencer, ya sólo les faltaba su malvada risa. Otra comparación es la de un videojuego en donde nuestro robot debe de luchar en diferentes estilizados escenarios con sus propias características y personajes, en pocas palabras es una versión de Pokemon.

A momentos la película da destellos de que se pretende salir de la fórmula establecida con sinceros diálogos que evitan caer en la monotonía, uno que otro momento en donde resultan hasta mágicos con un robot tan lleno de personalidad con simplemente mirar sus ojos. Pero todo es un engaño porque la trama es  predecible y dependiente de la gran pelea final en donde se esta volviendo costumbre que exista un termino medio a que triunfe por completo nuestro héroe. Aún así, debo de reconocer que las escenas del inevitable clímax son difíciles de llevar a cabo, deberás que no se como le hizo el director Shawn Levy, pero la energía que se transmite en tales escenarios son lo que hace tan disfrutable esta versión de Rocky para niños.

Creo que aún con sus limitaciones logra su objetivo, quizás sea posible que transcienda que con un innovador libreto en la ya confirmada secuela. Mientras no puedo negar que ha sido emocionante ver los orígenes del ” Campeón del Pueblo”.

Calificación: ★★★☆ 

Trailer Gigantes de Acero