Siguiendo con la tradición relativamente nueva de estrenar un multitudinario musical en la temporada de premios, acaba de llegar a las pantallas españolas Into the Woods, adaptación del musical de broadway con el mismo nombre con la banda sonora compuesta por Stephen Sondheim, que también compuso Sweeney Todd. En esta ocasión el encargado de dirigir el musical de año ha sido Rob Marshall. El director originario de Wisconsin ya dejó a público, crítica y académicos enamorados con el musical Chicago, aunque también es el artífice de otras películas como Memorias de una geisha, Nine o Piratas del Caribe: en mareas misteriosas. La película ha ido perdiendo fuelle a medida que se acercaba la fecha de estreno, tanto en Estados Unidos como en España y ha acabado resultando un producto bastante mediocre donde destaca la de siempre, Meryl Streep que como cada año ha presentado su candidatura al Oscar.
Into the Woods pretende actualizar las historias de los hermanos Grimm, la caperucita roja y el lobo, Jack el matagigantes, Rapunzel o la cenicienta entre otros guiños, creando una historia en que todos ellos se entremezclan debido a la figura de un matrimonio formado por un panadero y su mujer quien para romper la maldición de la bruja vecina necesitan encontrar unos objetos pertenecientes en cada uno de los personajes de los hermanos Grimm.
El musical se presenta como la enésima vuelta de tuerca a los cuentos tradicionales. Ya hemos visto en los últimos años dos versiones de Blancanieves, una Caperucita roja, las que no recuerdo y las que vendrán. Y para ello se nutre de forzados, incoherentes e innecesarios giros de guión que dividen en dos partes diferenciadas la película y que junto con la duración de más de dos horas de la misma, no ayudan a su fácil visionado. La parte innovadora pretende criticar las manidas moralejas de todos las historias infantiles, y darle un toque moderno y liberal con poca gracia.
Leyendo las opiniones de los seguidores de la obra que afirman que es una adaptación muy fiel a la obra de teatro que adapta me quedo pensativa sobre si las transiciones y el marcado cambio de dirección aparece sobre el escenario de forma tan torpe que en la pantalla grande.
Otro punto flojo del film son las actuaciones. Solo el panadero y su mujer interpretados por James Corden y Emily Blunt resultan empáticos con un espectador que ve desfilar a todo tipo de personajes con más o menos poca gracia. Las tragedias de todos los personajes es entremezclan en una telaraña confusa y rebuscada. El colmo de la sobreactuacion se lo llevan Chris Pine y Billy Magnussen que interpretan a los dos príncipes, el de Cienicienta y el de Rapunzel que sufren en agonía mientras se comparan abdominales, en una coreografía forzada mojándose en el río. Anna Kendrick y Johnny Depp tampoco destacan y Meryl Streep por su parte interpreta a la bruja de la función con oficio y tablas.
Por contra, Into the woods cuenta con unas magníficas y virtuosas composiciones de Stephen Sondheim, ganador de todos los premios habidos y por haber en teatro musical. La película acaba convirtiéndose en unos magníficos fuegos de artificio con una cuidada aunque excesiva puesta en escena. Maquillaje, fotografía y dirección de arte brillan en un producto que se apoya en la tecnología para darle espectacularidad.
Fallido es el adjetivo definitorio de un film que derrocha medios técnicos pero que no ha sabido dirigir ni las escenas ni a los actores. Un esperpento a muchos niveles que más allá de las canciones carece de interés.
NOTA