Daniel Calparsoro nos ofrece una historia que, aunque tiene un planteamiento interesante y una gran dirección, acaba por cojear demasiado, en parte debido a un guión mediocre. No solo el thriller policíaco se nos hace poco creíble sino que todo el reparto pasa inadvertido, incluído el gran Antonio de la Torre, y la historia familiar de nuestro protagonista deja de interesarnos demasiado pronto. Calparsoro lanza un discuro contra el sistema para luego demostrarnos que no se puede luchar contra él, y que los que luchan contra él nunca podrán ganarle la partida. Antes os decía que Invasor me había producido una sensación de morriña, o nostálgia, al mostrarme esos maravillosos paisajes gallegos. Por desgracia, y aunque siempre es un placer ver mi tierra natal, hay cosas que ni la morriña consigue salvar.
INVASOR
Título Original: Invasor Director: Daniel CalparsoroGuión: Javier Gullón, Jorge Arenillas (Novela: Fernando Marías) Música: Lucas Vidal Fotografía: Daniel Aranyó Interpretes: Alberto Ammann, Antonio de la Torre, Karra Elejalde, Inma Cuesta, Luis Zahera Distribuidora: Walt Disney Fecha de Estreno: 30/10/2012
La morriña es un término gallego que define la nostalgia de la tierra amada, que se siente cuando estando lejos, algo te recuerda a tu tierra natal. Para un gallego afincado en Madrid como yo, este sentimiento muy típico nuestro es algo que, de vez en cuando, suele darse. Invasor tiene muchas escenas rodadas en A Coruña y sus afueras, lugares que desde mi infancia han estados presentes en mi día a día y que, al aparecer en una película, hacen que me resulte imposible no esbozar una sonrisa.
Invasor cuenta la historia de Pablo, un médico militar español destinado en misión de paz a la guerra
de Irak del 2003. En una salida rutinaria en el desierto su convoy es
atacado. Refugiado en una casa perdida junto a su compañero Diego, ambos
de ven envueltos en una lucha inesperada que casi les cuesta la vida. A
su vuelta a España y aún convaleciente, Pablo es condecorado por su
valor en el campo de batalla. Pero la culpa le corroe por dentro y una
amnesia temporal le impide recordar lo que realmente ocurrió. Pablo
deberá descubrir lo sucedido en Irak y entonces decidir entre destapar
lo ocurrido o apoyar la versión oficial.
La invasión de Iraq y sus consecuencias han dado mucho de que hablar aún a día de hoy. Se sabe de sobra las irregularidades que en este tipo de operaciones suceden, aunque rara vez nos enteremos de la mitad de las cosas que suceden, y el cine, como medio de protesta, ha servido para denunciar muchas de ellas. Invasor podría englobarse en este tipo de películas si no fuese porque echa por tierra toda esa crítica al sistema al querer otorgarle a la cinta un tono policíaco que, irremediablemente, acaba resultando poco creíble e incluso aburrido.
Daniel Calparsoro nos ofrece una historia que, aunque tiene un planteamiento interesante y una gran dirección, acaba por cojear demasiado, en parte debido a un guión mediocre. No solo el thriller policíaco se nos hace poco creíble sino que todo el reparto pasa inadvertido, incluído el gran Antonio de la Torre, y la historia familiar de nuestro protagonista deja de interesarnos demasiado pronto. Calparsoro lanza un discuro contra el sistema para luego demostrarnos que no se puede luchar contra él, y que los que luchan contra él nunca podrán ganarle la partida. Antes os decía que Invasor me había producido una sensación de morriña, o nostálgia, al mostrarme esos maravillosos paisajes gallegos. Por desgracia, y aunque siempre es un placer ver mi tierra natal, hay cosas que ni la morriña consigue salvar.
Daniel Calparsoro nos ofrece una historia que, aunque tiene un planteamiento interesante y una gran dirección, acaba por cojear demasiado, en parte debido a un guión mediocre. No solo el thriller policíaco se nos hace poco creíble sino que todo el reparto pasa inadvertido, incluído el gran Antonio de la Torre, y la historia familiar de nuestro protagonista deja de interesarnos demasiado pronto. Calparsoro lanza un discuro contra el sistema para luego demostrarnos que no se puede luchar contra él, y que los que luchan contra él nunca podrán ganarle la partida. Antes os decía que Invasor me había producido una sensación de morriña, o nostálgia, al mostrarme esos maravillosos paisajes gallegos. Por desgracia, y aunque siempre es un placer ver mi tierra natal, hay cosas que ni la morriña consigue salvar.