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Crítica Iron Man 3: hasta los superhéroes necesitan Valium

Publicado el 29 abril 2013 por Cineenconserva @Cineenconserva

Crítica Iron Man 3: hasta los superhéroes necesitan Valium

Tony Stark, el humano que se encuentra debajo del traje de hierro de Iron Man, es muy diferente de otros alter ego de superhéroes tan conocidos como Clark Kent (Superman) o Bruce Wayne (Batman). Poco antes de que en Afganistán le llenasen el pecho de metralla, el empresario distaba mucho de ser un ciudadano ejemplar. Fabricaba armas y no dudaba en poner su talento al servicio de empresas amorales. Siempre ha sido además arrogante, canallesco, cínico, un playboy hasta que conoció a su adorada Pepper. Entonces, ¿cómo puede atraernos? El carisma de Robert Downey Jr tiene la respuesta.

Iron Man 3 (Shane Black; 2013) comienza con un flashback que nos presenta a dos personajes que serán decisivos en la trama venidera. Sin perder el tiempo, la trama nos lleva al presente.  Tony Stark trabaja hasta la extenuación en su mansión de Malibú, mientras su amada Pepper Pots (Gwyneth Paltrow) dirige con mano firme Industrias StarkLa vida de Tony ha cambiado desde lo acontecido en Nueva York (cuando él y sus amigos de la Marvel tuvieron que hacer frente a la ira de Loki). El héroe ya no es el mismo. Padece ansiedad, insomnio, y para colmo, (y esto sí que no es nuevo para un defensor de la humanidad) la convivencia doméstica  no pasa por el mejor momento.

Las cosas se pondrán muy feas cuando entre en escena el Mandarín (Ben Kingsley), un nuevo villano "a lo Bin Laden" que amenaza el orden mundial. Al protagonista, como al último James Bond, no le quedará otra que descender a lo más profundo del abismo para así recomponer su vida. Y todo ello desprovisto de su armadura, indefenso, tan solo equipado con su ingenio, cualidad que le sobra al cómic de Stan Lee. 

Visto así, podría parecer que esta tercera entrega pretende adoptar el tono de otra trilogía (la de Christopher Nolan para ser más precisos). Pero no es así. Aunque Shane Black, guionista experimentado en mezclar acción con humor, haya querido darle un toque más emocional, más humano (algo a valorar), la película no se mueve por esos derroteros y apuesta más por el blockbuster de altos vuelos, con presidente de los EE. UU incluido. Sin embargo, no alcanza el nivel de entretenimiento que sí consiguió Joss Weddon con Los vengadores


Crítica Iron Man 3: hasta los superhéroes necesitan Valium

A lo largo de sus 130 minutos, el espectador se encontrará con muchos y mejorados efectos visuales, especiales, una sucesión de gags (algunos más afortunados que otros), giros de guion inesperados, y la siempre bien recibida actuación de Robert Downey Jr, quien vuelve a mimetizarse a la perfección con su personaje en la que dicen es su despedida final. Pepper Pots gana en protagonismo y en cuanto a los villanos, digamos que nada es lo que parece y que el director se guarda un as en la manga, confirmando que Ben Kingsley es un actor capaz de todo, hasta de reírse de sí mismo. También hay que destacar el papel de un oxigenado Guy Pearce, quien vuelve a caracterizarse como ya hizo en Prometheus, y que nos sorprende con ideas propias sobre cómo infundir terror en la sociedad actual. Aún así, no esperen villanos como el Joker de Heath Ledger porque ese fue un caso extraordinario.

En definitiva, el supuesto broche final a esta saga destila comicidad, acción y un héroe que necesita Valium y un diván (no se pierdan la escena final tras los títulos de crédito) para desahogarse.


Lo mejor: El propio Iron Man desprovisto de su máscara, siendo solo un hombre. Algunas secuencias de acción, el personaje del niño, la banda sonora, los créditos finales. 

Lo peor: El final a lo Transformers, demasiados prototipos y fuegos artificiales, personajes secundarios que aparecen y desaparecen de la trama, metraje excesivo, 3D mejorable.

Valoración de Cine en Conserva
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