Admitamos que la premisa de Kamikaze no es arriesgada, es que es una misión suicida como su protagonista. Un terrorista que decide autoinmolarse en un avión con destino a Madrid, pero que por causas de la madre naturaleza (una tormenta de nieve) debe retrasar su plan y para más inri, se ve obligado a convivir con sus futuras víctimas; una suerte de personajes "buenazos" y variopintos (una madre viuda, un divorciado que vende zapatos, una pareja recién casada, una chica inestable emocionalmente...) Una nutrida representación hispano-argentina, ruidosa y extrovertida por contraposición al ruso (mejor dicho de Karadjistan (¡¡), que tiene una visión optimista de la vida, aunque algunos de ellos (Héctor Alterio en un visto y no visto) hayan sufrido tanto o más que el protagonista (Alex García).
La premisa, increíble a todas luces, no resulta desarcertada en todo el conjunto, en parte gracias al buen trabajo que hace Alex García, especialmente comedido salvo en alguna concesión del guion, y que huye del estereotipo del ruso borrachín que hemos visto mil veces en el cine. El problema viene cuando el director se ve en la obligación de subrayarnos que estamos ante una comedia optimista, de buenas intenciones, de segundas oportunidades como reza su slogan, y no acaba de encontrar el tono adecuado. Es en ese momento, cuando la trama transcurre por sitios de sobra conocidos, incluyendo una historia de amor un tanto precipitada y una serie de acontecimientos que obligan a que el espectador empatice con el terrorista y de paso, suelte la lagrimita.
Todo está puesto para lograr la redención del protagonista y convertirlo ya de paso en un héroe, solo que este recordemos, era un terrorista suicida. El final es la guinda del pastel (y no lo digo en positivo) de una película con buena factura, buen elenco, en donde destacan Alex García y ese argentino verborreico que todo lo borda, Eduardo Blanco, pero que no consigo creerme en ningún momento. Lo mejor: Apartado técnico, reparto, en especial Alex García, Eduardo Blanco y Leticia Dolera en un registro cómico de lo más favorecedor. Lo peor: Abarca demasiado, quiere ser una comedia costumbrista, tocar el drama del personaje principal y de secundarios, un thriller... pero sin duda lo más negativo es que no resulta creíble.