Crítica literaria nº43: Historia de dos ciudades

Publicado el 04 junio 2015 por Tazadelibros @Tazadelibro

Ficha técnicaTítulo: Historia de dos ciudades
Autor: Charles DickensNº de páginas: 488 págs.
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Editorial: ALBA EDITORIAL
Lengua: CASTELLANO
Sinopsis
El Londres pacífico pero grotesco del rey Jorge III y el París clamoroso y ensangrentado de la Revolución Francesa son las dos ciudades sobre cuyo fondo se escribe esta inolvidable historia de intriga apasionante. Violentas escenas de masas, estallidos de hambre y venganza, espías y conspiradores, héroes fracasados y héroes a su pesar se mezclan en una trama artística y perfecta, llena de sorpresas y magistralmente elaborada por un Dickens en uno de sus mejores momentos creativos.
Crítica
No sé si os ha pasado, pero en la mayoría de libros románticos que leo siempre mencionan algún clásico. Sí, evidentemente es habitual encontrarnos con alguna frase inspirada de “Orgullo y Prejuicio” o “Cumbres borrascosas” (¡mi lectura actual por cierto!). Entre los clásicos que más mencionaban (Cassandra Clare, ejem) era imposible no encontrarme con “Historia de dos ciudades”. No soy una persona que lee muchos clásicos pero este año me he propuesto leer todo los que pueda, ¡creo que tienen mucho que enseñar!
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.
“Historia de dos ciudades”

La historia transcurre en el siglo XVIII, época de la Revolución francesa y en dos famosas ciudades: Londres y Francia. París, una ciudad donde la diferencia entre ricos y pobres es cada vez mayor, el malestar y las amenazas están a la orden del día. Por otro lado está Londres, donde a pesar de las rencillas políticas está todo tranquilo.

Lucie Manette siempre había pensado que era huérfana hasta que Jarvis Lorry, un amigo de su padre, recibe una carta donde le piden que vayan a recoger al doctor Manette (el padre de Lucía), que ha estado encarcelado en Bastilla durante dieciocho años. Tras rescatarle, vuelven a Londres, donde está teniendo lugar un juicio contra Charles Darnay, pero Sydney Carton, el cual guarda un gran parecido con él, lo salva en el último momento. Tanto Charles como Sidney, están enamorados de Lucie. Charles es educado y amable, mientras que de Sidney no se habla muy bien ya que tiene malos modales y lleva una mala vida.
Todo aquél que haya leído algo de Dickens, sabe que tiene una forma de escribir muy poética, donde hace mucho uso de descripciones tan reales y unas expresiones tan vívidas que no solo sientes que te ha transportado al siglo XVIII, sino también lo sentimientos de amargura y la tristeza de la clase obrera y la pobreza de aquél entonces. 
Tanto el señor Darnay como el señor Carton, son la noche y el día. Charles Darnay es un hombre bueno que busca borrar sus raíces familiares porque quiere ser alguien decente. Mientras que Sidney quiere todo lo contrario, se describe así mismo como alguien desilusionado que no le importa nadie excepto él mismo y que busca consuelo en el alcohol.
“—Ahora déjame que te recomiende prosiguió Stryver examinar seriamente el asunto. Cásate. Búscate alguien que pueda cuidarte. No te importe si no te gustan las mujeres, si no las entiendes o no tienes tacto para tratar con ellas. Busca una mujer respetable, que tenga algunas propiedades, algo así como una propietaria de casas o patrona de casa de huéspedes y cásate con ella para evitarte futuras calamidades. Este es mi consejo. Y ahora reflexiona sobre él, Sydney.
Ya pensaré en eso dijo Sydney.

Sin embargo, a pesar de cómo se ve así mismo y como lo ven los demás, empieza a anhelar ser otra persona, una más parecida al señor Darnay, para así poder llegar a atraer las miradas de Lucie. Sin dunda, un personaje que te atrapa enseguida. A pesar de que esa es la imagen que quiere dar a los demás, sus acciones en el libro marcan profundamente a los de su alrededor, llegando a ser vitales para el final.
Los capítulos son bastante cortos pero con la suficiente información para entender lo que ocurre en la historia y mantener el interés. Aunque hay algunas escenas que no entiendes por qué suceden, conforme avanzan las páginas todo tiene sentido. El final me pareció emotivo aunque un tanto predecible, pero la historia es perfecta en todos los sentidos. Con las historias de Dickens siempre te encontrarás un drama, pero también con más de un mensaje sobre la injusticia política, la demostración de la fuerza de sus personajes y un encuentro con la esperanza en las situaciones más desafortunadas.
Puntuación