Crítica literaria nº47: Todas las hadas del reino

Publicado el 04 agosto 2015 por Tazadelibros @Tazadelibro
Ficha técnicaTítulo: Todas las hadas del reino
Autora: Laura Gallego GarciaEditorial:Monteno
Lengua: Castellano
Páginas: 480
Sinopsis
Un nuevo cuento de hadas protagonizado por un personaje tradicionalmente secundario; el hada madrina. Una novela ambientada en un mundo de fantasía, que evoca a los cuentos clásicos de siempre, pero al mismo tiempo plantea una historia diferente repleta de magia, aventuras e intrigas.

Camelia es un hada que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable...
Crítica
Los libros de Laura Gallego siempre me han llamado la atención, por todo en general, principalmente porque tanto la sinopsis como las portadas de sus libros me atraen a la primera, porque los considero interesantes. Me gustó que la historia tratara sobre las hadas, pues son los personajes secundarios que hay en la mayoría de cuentos y de los que apenas se habla. Sin embargo, tengo que decir que a pesar de lo que me presentaban, el libro no me ha parecido ni diferente ni interesante.
Todo transcurre en un mundo medieval de príncipes, princesas y seres mágicos. Camelia, una hada madrina que lleva trescientos años dejándose la piel en ayudar a sus ahijados para que éstos consigan la felicidad que se merecen empieza a organizar un evento en su casa, donde cada siete años se reúnen todas las hadas de los reinos. Camelia está convencida de que ayudar a los humanos es su deber más primordial sin pedir nada a cambio aunque eso signifique abandonar su tiempo.Pero todo cambia cuando una de ellas se planta y deja su deber, olvidándose de sus ahijados y abandonando su varita alegando que los humanos no las aprecian como deberían, pues son egoístas y tan solo piensan en ellos mismos sin preocuparse de lo que ellas sientan. Camelia empieza estando en contra de las palabras de su amiga, pero en el fondo de su corazón sabe que ha empezado a perder la esperanza en sus creencias.
“—¿Mi responsabilidad, dices? cortó Dalia. Hace trescientos años tomé la decisión de venir al mundo de los humanos a ayudar a los jóvenes en apuros. Lo hice conscientemente, sabiendo a lo que me exponía y con toda mi buena fe. Pero, seamos sinceras: ¿a qué nos dedicamos ahora? ¡A hacer de casamenteras de niños ricos y caprichosos que, además, ni siquiera agradecen lo que hacemos por ellos! «¡Hada madrina! exclamó con voz de falsete. ¡Oh, tienes que ayudarme, tengo un problema muy serio! ¿Qué vestido me pongo para la fiesta? ¡El vestido de oro está pasado de moda y el de plata me hace gorda!»
Dalia.

Desde que empieza el libro, la protagonista lo da todo por los humanos, crea estrategias para que alcancen sus sueños más imposibles, como que una plebeya se enamore de un príncipe, hacer de casamentera, luchar contra los malvados familiares para que los buenos ganen, salvar a jovencitas de sus malvadas madrastras, ¿para qué? Para que la expriman más y más porque parece que sin ella no son capaces de hacer nada y lo peor de todo es que ella cede. Por ello Camelia busca la fe que estáperdiendo en Simón, un mozo de cuadra que quiere el amor de la princesa más importante de todas pero que ni sabe que existe.
 “—Ya entiendo lo que quería decir Orquídea comentó para sí—. Eres desesperantemente normal.
Camelia.

 ¿Acaso no puede empezar todo con más tópicos? El hada busca en sus ahijados algo que les haga especiales para así ayudarles, pero por lo visto que un plebeyo hijo del porquero busque el amor de una princesa es imposible si no es un príncipe perdido o al menos guapo (Sí, les hace una investigación exhaustiva de su historial familiar). Así que por ello se come la cabeza para buscarle a Simón, algo que le haga valeroso, sin embargo, el mozo de cuadra no hace mucho por buscarse él la vida y forjarse como héroe, lo tiene que pensar todo ella, y si sale mal, las culpas para Camelia. Y así con el resto de sus ahijados. Camelia trata de ponérselo todo más fácil en vez de ayudarles a espabilar. 
Esta falta de decisiones me ha hecho ver que los personajes muestran muy poca personalidad, porque están únicamente centrados en ellos mismos, ¡si ni siquiera saben el nombre de su hada madrina! Sólo preocupados en alcanzar su final feliz y comer perdices para siempre, sin preocuparse en que tienen una cabeza para pensar, ¿de qué sirve que las hadas madrinas les digan qué hacer?
“—Podrías haber hecho muchas cosas, para empezar respondió el hada con suavidad. Seguir los consejos de tu hada madrina, tal vez. O, si tan convencido estabas de que podías arreglártelas sin mi ayuda quizá deberías haberte comportado como el héroe que pretendías ser.
Camelia.

A pesar de que la trama va sobre los cuentos románticos, esto es lo último que hay en la historia. Hay demasiados momentos de amor a primera vista, de esos que ocurren sin más, solo porque son guapos y tienen pinta de nobles. Aunque hay varios momentos de aventuras, éstos suelen ser un poco decepcionantes, porque se resuelven bastante deprisa con peleas rápidas y decisionesde última hora que lo solucionan todo al instante.
Confieso que hay situaciones que no me las esperaba, ya que en vista de lo que iba sucediendo ya me imaginaba lo que iba a pasar. Pero empieza a tomar todo un giro parecido a la serie de Once Upon a Time y el libro comienza a mezclar cuentos donde los mismos personajes juegan varios roles.
El desenlace fue bastante horrible logrando que me disgustaran todos los personajes. Hay un momento en que Camelia se da cuenta que no todo es bonito y maravilloso y la cosa cambia radicalmente. Fue lo que más me gustó y lo que más odié de la historia. Su decisión creo que fue acertada pero a la vez drástica y las consecuencias que vinieron después me parecieron exageradas. Como si todo fuera blanco o negro, si decides ser buena eres demasiado ingenua y si decides rebelarte lo toman todo contra ti.

En conclusión, el mensaje del libro es bastante claro. En la vida real las hadas no existen, y si están nunca apreciarás de verdad conseguir algo por ti mismo. Todo lo que quieras conseguir tiene un precio, y no puede ser como en un cuento donde un hada madrina venga a ayudarte porque entonces te volverás egoísta. Y si lo das todo por personas que apenas conoces, ¿en serio esperas que todas te aprecien por lo que hagas?
Puntuación
2 tazas y media