LOS AÑOS DE PEREGRINACIÓN DEL CHICO SIN COLORHaruki MurakamiTusquets Editores
Y aquí estamos otra vez con Haruki Murakami. Un escritor afamado en todo el mundo que se ha convertido en un escritor de culto para algunos y en algo "mainstream" para otros. Alguna vez he leído alguna crítica (¿destructiva, tal vez?) en algún blog sobre "los modernos que leen a Murakami", aunque creo sinceramente que más allá de modas (y a pesar de que este señor saque un libro cada año o así) Murakami gusta por sus historias, sus personajes, su particular visión del mundo.
Para mí existen dos Murakami, el realista que escribe obras como Tokio Blues y el fantasioso que se muestra, por ejemplo, en El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas. En Los años de peregrinación del chico sin color nos encontramos con una mezcla de esas dos personalidades.
Tsukuro Tazaki es el protagonista de esta obra. Durante su adolescencia forma amistad con dos chicas y dos chicos, una amistad muy fuerte que significará todo para su vida. Esa relación se rompe en un determinado instante y le abre una herida enorme a nuestro protagonista. Ahora, 16 años después, mientras conversa con Sara, una chica con la que ha empezado a salir, se da cuenta de lo que supuso esa amistad e intentará averiguar lo que sucedió. Y hasta aquí puedo leer.
Personajes carismáticos como siempre, con una personalidad muy bien definida, con gustos eclécticos que los marcarán en sus decisiones. Estilo sencillo, mucho más que cualquier otro libro de Murakami. Muy fácil de leer y engancha, así que se puede convertir perfectamente en una lectura para las vacaciones.
Para mí, no se va a convertir en mi libro favorito de este autor aunque tiene algo que engancha, posiblemente la cotidianidad de las relaciones humanas con un toque de fantasía realista.
8
Otras reseñas de este autor publicadas en este blog:
Sputnik, mi amorKafka en la orilla.El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas.Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.After DarkTokio Blues (Norwegian Wood)De qué hablo cuando hablo de correrBaila, baila, baila