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Dirección: Francis Lawrence
Guión: Danny Strong (Novela: Suzanne Collins)
Reparto: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Natalie Dormer, Sam Claflin, Liam Hemsworth, Julianne Moore, Gwendoline Christie, Philip Seymour Hoffman, Robert Knepper, Stef Dawson, Elden Henson, Evan Ross, Mahershala Ali, Wes Chatham
Género: Ciencia-Ficción, Aventuras
Duración: 125 minutos
País: EE.UU.
Música: James Newton Howard
Fotografía: Jo Willems
Productora: Lionsgate Films / Color Force
Distribuidora: eOne Films Spain
Tras más de 75 años de paz en Panem, comienzan a escucharse las primeras voces disconformes con el Capitolio y sus ‘Juegos del Hambre’, una especie de gran hermano donde luchan parejas de cada distrito, hasta que solo sobrevive uno. Katnisss Everdeen (Jennifer Lawrence) y su compañero Peeta Mellark (Josh Hutcherson) han salido indemnes del accidentado tercer vasallaje de los veinticinco anunciado por el pernicioso presidente Snow, sin embargo este suceso originara las primeras rebeliones en pro de una posible revolución liderada por Katniss a modo de ‘sinsajo profético’.
Tercer y último libro de Suzanne Collins de la saga “Los Juegos del Hambre” llevada al cine por Francis Lawrence, el cual repite como director tras “Los Juegos del Hambre: En Llamas” (2013), y donde Lionsgate ha tirado la casa por la ventana con un presupuesto de más de 250 millones de dólares.
¿Cómo afecta esto a la película?, pues teniendo cierta experiencia en ver películas cortadas a golpe de talonario, tengo que decir que es más que correcto, no es una innecesaria película de relleno como fue en su día la vergonzosa “Arthur y la venganza de Maltazard” (2010) de Luc Besson, más bien todo lo contrario estamos ante una película de transición. Un tiempo muerto para profundizar en los personajes donde los diálogos cobran mayor protagonismo y donde los momentos de acción son tan escasos que si uno ha visto el tráiler, prácticamente ha visto los mejores momentos al respecto.
Plutarch, interpretado por Philip Seymour Hoffman; y Alma Coin, Julianne Moore, ambos en el subterráneo Distrito 13, se enfrentaran al desafío de convertir a una joven Katniss en una líder revolucionara a lo Che Guevara a base de videos propagandísticos, mostrándonos como la difusión de mensajes puede inclinar la balanza hacia un bando u otro. Son muchas batallas que se libran para ganar una guerra y el propio Capitolio empleara estas mismas tácticas adoctrinadoras, usando al secuestrado Peeta para declinar a los sublevados en su propósito de levantamiento de masas.
Por primera vez se muestra la situación de los diferentes distritos de manera amplia y sin concesiones, la escena del Distrito 5 donde se ven las primeras sublevaciones o como el presidente Snow manipula a Katniss, como el que juega con un gato usando la luz de una linterna, son una muestra de ello como punto de inflexión. La protagonista es continuamente observada por cámaras, con el fin de buscar esa naturalidad que les permita conseguir más adeptos, planteándonos quien es realmente el enemigo o si la pobre protagonista no es más que otra pieza del ajedrez de difícil escapatoria, con la que juegan a su antojo. Cogiendo el título del documental “La revolución no será televisada” (2003) vemos lo absurdo que es poner vallas al campo para generar una revolución, la revolución no entiende de scripts, guiones o puestas en escena perniciosas, las cosas pasan y punto y es algo Katniss se va dando cuenta al recorrer las ruinas de algunos distritos como acto de fe para enfrentarse a Snow.
No hay mucho que decir de la incansable Jennifer Lawrance, levantara odios y pasiones a partes iguales ante su fulgurante carrera, pero es un actriz sin paliativos que se amolda a cualquier papel por difícil que sea y en esta ocasión lo vuelve a demostrar incluso animándose por el cante. Mientras, su compañero Josh Hutcherson como Peeta, alcanza un nivel interpretativo que roza la locura literalmente tras pasar por un lavado de cerebro en el Capitolio con Caesar Flickerman (Stanley Tucci).
Lo mejor: El punto y aparte que necesita la saga lo aplica Francis Lawrence correctamente. Ha conseguido hacer suya la franquicia apostando más por el drama y los personajes de manera clara e intencionada.
Lo peor: Personalmente no tengo mucha predilección por las películas mutiladas y este caso es uno de ellos. No es que sea un caso flagrante, como en otras Sagas, aunque tampoco es un impedimento para no verla.
Crítica: Iván Heral