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Dirección: Guillem Morales
Guión: Gillem Morales, Oriol Paulo
Intérpretes: Belén Rueda, Lluís Homar, Pablo Derqui, Francesc Orella
Fotografía: Óscar Faura
Edición: Joan Manel Vilaseca
Música: Fernando Velázquez
Duración: 112 minutos
Segunda película del director Barcelonés Guillem Morales, sin tener en cuenta su cortometraje “Backroom” (Cuarto Oscuro. 1999). Se rodó durante 2009 en Barcelona y fue estrenada el 29 de Octubre de 2010 en nuestro país. Tras su debut en las salas con “El habitante incierto” (2005), película de intriga de gran calidad muy influenciada por Polanski, vuelve de nuevo a explorar un mundo opresivo marcado por los espacios, la luz y la intriga.
Creo que es un paso adelante en la prometedora carrera del director por varias razones, una producción al estilo de Hollywood, en manos de mi admirado Guillermo del Toro, que le da un empaque y una textura mucho más impactante y opulenta que en su anterior trabajo y un guión que vuelve a conducirnos por terrenos lóbregos y misteriosos, con un juego de mezcla de géneros muy efectiva.
El guión es un cúmulo de influencias muy interesantes, desde el Giallo italiano, el mismo Hitchcock o las novelas de Agatha Christie, donde todos los personajes van desfilando como sospechosos de un “posible” asesinato. Con esta amalgama de referencias de teoría clásica del suspense, el director logra hilvanar un ejercicio de estilo tan atrayente como divertido, pero da la sensación de que con esta idea se podría haber hecho algo mejor. Según transcurre la historia, los personajes van tomando una serie de decisiones que en algunos casos podríamos tachar de simples o fáciles. La historia es consistente y hasta cierto punto creíble, pero juega demasiado, en algunos momentos a rozar lo que podríamos llamar puramente comercial.
Si el guión está al servicio de la intriga, la fotografía, la música y el sonido, están al servicio del terror. Recuerdo una escena brillante creada a base de oscuridad y golpes de luz donde la iluminación consigue elevar al máximo la tensión y crear una escena impactante y ciertamente terrorífica, que aunque deje de lado el terror psicológico, para pasar a la pura acción, merece con creces la pena. Esta brillante escena, debe su valor en gran medida, a la notable dirección de fotografía de Oscar Faura, encargado de la misma en “El Orfanato” (2007) de Juan Antonio Bayona, que posee la habilidad de distorsionar los espacios y ambientar con especial destreza.
La música de Fernando Velázquez es brillante y con ella el director consigue reforzar las escenas de terror como marcan los cánones del género.
Inevitable es la comparación con “El Orfanato”, por la producción, la música de Velázquez y la dirección de fotografía de Oscar Faura.
Quizá “Los ojos de Julia” y “Secuestrados” (2010), sean las dos mejores películas de terror del pasado año, producidas en nuestro país.
Autor: Juan José Iglesias