Éste subproducto al que a partir de ahora llamaré “Lost in Boredom” (me niego a darle el calificativo de película) es tan malo que muchos abogados lo utilizan para defender a sus clientes: Es cierto señoría, mi cliente violó a una niña de 7 años, 35 veces, las últimas 19 después de matarla a lo Oberyn Martell, pero al menos no hizo “Lost in Boredom”.
Antes de ver “Lost in Boredom” yo ya había visto dos películas de Sofia Coppola (o, como a mí me gusta llamarla, la Isabel Coixet norteamericana), “Las vírgenes suicidas” y “Maria Antonieta”. Ambas películas no me disgustaron, me parecieron buenas, así que tuve curiosidad por ver qué había hecho Sofia Coppola con “Lost in Boredom”, así que la vi.
Pocas veces me he arrepentido tanto de haber visto una película y haber perdido el tiempo con ella. “Lost in Boredom” no sólo se hace eternamente lenta, sino que es tremendamente aburrida. NO OCURRE NADA, ABSOLUTAMENTE NADA.
Me molestó mucho lo que Sofia Coppola planteó en “Lost in Boredom”, que la gente rica y pija como ella son tan chachipirulis y divinamente sofisticados que te cagas que encuentran la vida tremendamente aburrida.
“Lost in Boredom” está protagonizada por un actor de Hollywood cincuentón que viene a Tokio a rodar un anuncio, y una consentida adolescente nini (ni estudia ni trabaja) que acompaña a su marido a Tokio porque tiene que hacer allí una sesión de fotos.
Ambos pasan unos días en la ciudad más maravillosa del mundo, que alberga un montón de subculturas urbanas, edificios, calles y avenidas emblemáticos, una grandísima y variadísima gastronomía, una arquitectura neofuturista, mogollón de ofertas de ocio y cultura, un apasionante despliegue de cosas interesantísimas, divertidas y entretenidas… ¡Y ELLOS SE ABURREN!
Los protagonistas son tan asquerosamente ricos que pueden permitirse viajar a una ciudad que millones de personas en todo el mundo, entre las que me incluyo, arden en deseos de poder visitarla aunque fuese por unos días pero no pueden permitírselo. ¡¿Y qué hacen los protagonistas?! ¡Se van a Tokio, se hospedan en un hotel de lujo, y se aburren! ¡Tienen los putos santos cojones de aburrirse! Es para reventarlos a hostias.
¿Acaso la gente va al cine para ver una película dónde los protagonistas lo único que hacen es aburrirse? Así lo único que se consigue irremediablemente es aburrir también al espectador.
“The Amazing Spidermna 2”, por ejemplo, es un film entretenido, puede gustar o no puede gustar, pero entretiene mucho y no aburre en ningún momento. Ahora imaginad que, en vez de haber escenas de acción y volteretas arácnidas y efectos especiales y demás, en “TAS 2” sólo se viese a Peter Parker recostado media hora en la cama, Peter Parker sentado en la repisa de su ventana mirando la calle, Peter Parker mirando las musarañas en el techo de su habitación, Peter Parker tocándose los huevos, Peter Parker haciendo fotos de palomas en Central Park, Peter Parker rezando en una catedral de Brooklyn, Peter Parker paseando, Peter Parker mirando los escaparates de las tiendas, Peter Parker llamando a un taxi, Peter Parker sentado en un banco dando de comer a las palomas, Peter Parker meando sentado en la taza del wáter mientras desayuna y lee el periódico, etc. Imaginad que “TAS 2” fuese así todo el rato, sería un puto coñazo, una mierda. Seguiría siendo mejor que ver a Peter Parker con peinado emo bailando el fiebre del sábado noche en plena calle como un idiota, pero aun así sería soberanamente aburrido. Pues lo mismo con “Lost in Boredom”.
Para mí una película tiene tres pilares principales en los que se sustenta principalmente: la dirección, el guión, y las interpretaciones de los actores. Bien, en “Lost in Boredom” no es que fallen esos tres aspectos, es que simplemente no existen. El guión inexistente porque no hay historia, estoy seguro que Sofia Coppola venia cada día de rodaje sin saber qué rodar e improvisaba las escenas que se le ocurrían al instante al mismo tiempo que las rodaba, y las actuaciones de los actores son sosas e impersonales por no decir pobres y muy poco trabajadas.
Habrá quien diga que la fotografía es preciosa. Nos ha jodido, como que el bodrio se filmó en Tokio. Uno va a Tokio, graba las calles y las avenidas de noche con la cámara del móvil, y parece IMAX. No es que la fotografía sea buena, es que es imposible que una ciudad como Tokio no luzca bien, aunque el director de fotografía fuese inepto. Aún así Isabel Coixet mostró Tokio mucho mejor en "Mapa de los sonidos de Tokio" que Sofia Coppola en esta tontería suya de "Lost in Boredom"
En resumen. “Lost in Boredom” es una de las mayores pérdidas de tiempo que se ha obrado desde el nacimiento del cinematógrafo, tan lenta y aburrida que visionarla es una inhumana tortura psicológica, tan pretensiosa y realizada de forma tan caprichosa que da asco. No soy capaz de entender como fue nominada a los Oscar de mejor película, mejor director y mejor actor. ¡Y ganó el Oscar al mejor guión! ¡Pero si no tiene! Hoy en día le dan el puñetero premio a cualquiera. “Lost in Boredom” es una de las peores aberraciones cinematográficas cuyo visionado he tenido la desagradable desgracia de padecer.
Mi calificación es: