Cameron Diaz puede ser coqueta, alegre, sensual, irreverente; pero no es malvada. Entiendo su necesidad de estirar sus músculos actorales al estar encasillada con los anteriores adjetivos, lo que sucede es que no se transmite en pantalla su actitud y la película sufre por ello. No se si sea su imagen o simplemente no le puso el empeño necesario, pero cada vez que la cámara se acercaba a su rostro, esperaba alguna de sus patentadas sonrisas y diciéndonos que todo había sido una broma.
Aún así, el libreto nos ofrece la suficiente cantidad de situaciones para mantenernos entretenidos, el chiste es que las actitudes de la maestra Elizabeth (Cameron Diaz) no son apropiadas para quien se supone que es la persona con la responsabilidad de educar al futuro del mundo. Si están dispuestos a ver a una persona de ese tipo actuar de tal forma, entonces será muy divertido para ustedes porque eso es lo que van ha ver.
El problema que existe con la cinta es que no existe motivo para simpatizar con Elizabeth, no se nos explica las verdaderas razones de su actitud, solamente que el origen de su holgazanería se debe a que la abandono su futuro y económicamente sustentable futuro marido ha ser. De ahí en adelante, sólo por que se supone que es cómico, debemos apoyarla en la obtención de dinero para realizarse unos implantes de senos, que según ella le traerán fama y fortuna. Por su puesto que lo anterior nos hará reír por instantes de las locas formas en que será capaz este individuo de lograr sus metas, lo que sucede es que la cinta se esfuerza mucho por hacer de la villana en la buena y la que se supone que hace su trabajo en la persona mala.
Amy (Lucy Punch) es la compañera de trabajo de la cual obtendremos nuestra diversión. Es un esfuerzo por compensar las locuras de Elizabeth con el lado amable pero fastidioso de una maestra al igual nada peculiar. A momentos la actriz le exagera demasiado con su actitud de inocente con tonos infantiles, ya después que uno la comienza a tolerarla llegas a entender que es sólo una excusa fácila para lanzar la ira de Elizabeth. Luego también tenemos a Scott Delacorte (Justin Timberlake) quien solo se dedica a estar presente como objeto de deseo, sin mucho que nos emocione de su personalidad y con sólo una escena candente que logra por fin hacernos sonreír.
Sin una moraleja que nos ayude a comprender el desenlace de Elizabeth, todo se vuelve en una simple excusa por ver a una maestra comportarse de manera inadecuada. Es como si los guionistas Lee Eisenberg y Gene Stupnitsky estuvieran cumpliendo sus sueños hechos realidad.
Me hubiera gustado reírme más, existen algunas escenas que si te sacan una que otra sonrisa, pero en lo general debes de estar esperando por aquellos momentos. El elenco no cae tampoco mal, sólo que como no existen motivos de importancia por lo que todos los personajes actúen como los mismos niños que tratan de educar, mejor te dedicas a disfrutar y no tomarte tan en serio las cosas.
Calificación 6 de 10 , dos estrellas de cinco.
Veredicto: Simplemente no es tan divertida como parece.
Trailer Malas Enseñanzas