La dureza de la historia se ve algo aliviada por el estilo casi documental con lo que consigue cierta distancia. Las dos horas y media que dura la película no se hacen demasiado pesadas y aunque hay ciertas repeticiones en la historia que se podrían haber ahorrado. Lo mejor de Más allá de las colinas es sin duda la interpretación de las dos actrices protagonistas, Cosmita Stratan y Cristina Flutur, dos jóvenes que debutan en el cine aquí pero les ha servido para ganar un premio ex aequo en último festival de cine de Cannes. Con sus miradas, sus gestos, sus silencios las dos actrices muestran la ambigüedad de sus personajes y entendemos que los sentimientos que las unen se acercan más al amor que a la amistad, un amor que se tiene que ocultar porque los que las rodean no lo comprenden. No es de extrañar tampoco que haya pasado el último filtro para el Óscar a la mejor película de habla no inglesa antes de dar el listado definitivo en enero. Una película que merece la pena ver.
Más allá de las colinas se ha estrenado ayer