#LittleSecretFilm -rodar una película en veinticuatro horas centrándose en la capacidad de improvisación de los actores, ya que no puede haber diálogo escrito previamente- es una de las nuevas modas del cine actual. Calle 13 es un canal de televisión centrado en el misterio, terror y acción. Ahora juntamos estos dos elementos y obtenemos 13 #LittleSecretFilms de catorce realizadores distintos. Estas películas, de las que en teoría no debe saberse nada hasta el día de su estreno en internet -y digo en teoría porque se anuncian a bombo y platillo, algo que contradice las reglas de este nuevo movimiento- se distribuyen de manera gratuita, sin ánimo de lucro. Pues bien, ya han estrenado dos de ellas, #RealMovie y 'Nunca he estado en Poughkeepsie'.
Esta crítica va hacia ésta última, pero os aviso: no pienso dedicarle demasiado tiempo ya que bastante perdí yendo hasta las oficinas de Universal, tragándome esta ¿película? y volviendo a mi casa. Tampoco debería llamarse #LittleSecretFilm, ya que #SenselessBoringFilm sería más adecuado. Con esto podéis haceros una idea de lo que me gustó este experimento completamente fallido y falto de sentido. Empecemos hablando de lo que quieren contar. O mejor no, porque sólo sale una chica andando por el campo y colocándose el pelo cada diez segundos, un modernete dándole una caja a su padre -y recibiendo a cambio una lata de embutido "de los de toda la vida"- y una señora con un tocadiscos esperando en el exterior de un edificio abandonado. Ah, y la pantalla negra durante las tres primeras horas. Ah, ¿Qué no fueron tres horas? ¿En serio? Vale. Pues la pantalla en negro al principio. Todo eso mientras se escuchan frases pseudoprofundas tirando a pedantes sin ninguna conexión entre sí. Y casi nada de diálogo, sólo estas tres personas haciendo lo que os he dicho antes. Ah, cierto: el modernete visita una granja, entra a una fábrica y pasa entre gente con máscaras blancas para hablar con un mafioso asiático. ¿Qué no era un mafioso? Pues me lo invento, que si no el experimento se hace incluso más insufrible. Además, ¿no se supone que estas trece películas deberían ser de terror, misterio, acción? Y aquí, de eso, poco por no decir nada. Encima, lo poco original que pueda tener esto, son guiños a series y películas. Meh.Técnicamente… Pues bueno, no está mal. De hecho es lo único decente de todo esto, pero con una buena cámara y un buen repaso en Premiere Pro -o Windows Movie Maker, total…- se puede dejar bonito cualquier cosa. Eso sí, se nota que no consiguieron llegar a la hora mínima de duración, ya que hay planos que se repiten cuatrocientas veces, planos que se repiten pero marcha atrás, planos desenfocados/movidos que normalmente no valdrían. Pero esto es 'Nunca he estado en Poughkeepsie' y su director y guionista -¡já!- nos intenta vender que todo vale. Los actores… Pues bueno, si de verdad son actores a lo mejor deberían dedicarse a otra cosa. O a lo mejor deberían escoger sus papeles con más cuidado. En definitiva: no la veas. Antes prefiero que me pongan el vídeo real de The Ring, que es más corto y por lo menos asusta.
PD1: Póntela si tienes problemas para conciliar el sueño. Eso sí, si eres una persona que se altera con facilidad mejor no, porque yo -y el resto de la sala- salimos cabreados de allí. PD2: Me olvidaba del cartel que provoca ataques epilépticos. Un cartel donde pone "ultramarinos" o algo así, y que cada vez que dicen esa palabra ponen un plano del cartel iluminado con un flash. Tampoco te la pongas si eres epiléptico.PD3: Ser el director del festival de Sitges no debería dar derecho a proyectar eso en las oficinas de Universal. Esperemos que a partir de ahora se dedique en exclusiva a seguir con ese maravilloso festival al que dudo que pueda entrar después de haber escrito esto.PD4: Si yo hubiese tenido la oportunidad de hacerlo, estoy seguro que habría hecho algo mucho mejor. ¡YO TE RETO, ÁNGEL SALA!