Crítica: "O Apóstolo"; tradición animada española

Publicado el 31 octubre 2012 por Banacafalata
O APÓSTOLO


Título Original: O Apóstolo Director: Fernando Cortizo Guión: Fernando Cortizo Música: Philip Glass, Xavier Font, Arturo Vaquero Fotografía: Matthew Hazelrig Distribuidora: Aquelarre Fecha de Estreno: 31/10/2012
UNA HISTORIA DE MEIGAS
La animación en España está de enhorabuena. Mientras que Tadeo Jones arrasó la taquilla del verano, y ahora lo anda haciendo fuera de España, la animación para adultos se empieza a posicionar entre las más importantes del mundo. Chico y Rita consiguió una nominación al Oscar, Arrugas aún anda cosechando premios en todos los festivales del mundo. Además se está mostrando un gusto exquisito a la hora de improvisar y probar nuevas técnicas. De la fantástica animación 3D de Tadeo o incluso Planet 51, a la tradicional de Arrugas. De la rotoscopia de Chico y Rita, al stop motion con muñecos que ahora nos presenta O Apóstolo. El debut en la dirección de Fernando Cortizo viene marcado por años de duro trabajo. Antes de O Apóstolo llegaron trabajos ya arraigados en leyendas gallegas, como aquel tétrico y terrible El Ladrón de Muñecas o el premiado El Cuidador de Gatos. Detrás de O Apóstolo hay un trabajo artístico de dos años de duración, con una película que se rodó fotograma a fotograma. El resultado es bárbaro, un trabajo cuidado en el que los muñecos toman vida por completo.
O Apóstolo nace también de las viejas leyendas gallegas. Un preso fugado llega a un pueblo perdido, y fuera de la ruta hacia Santiago, en el que un compañero de prisión guardó unos diamantes antes de entrar. Allí pronto descubrirá que cosas raras están pasando. Los habitantes del pueblo no son tan amables como parecían en primera instancia, y los turistas van llegando y desapareciendo continuamente. Eco de estas desapariciones, se hará también un arzobispo que llegará al pueblo tratando de resolver que es lo que ha pasado realmente.

Pero todo el trabajo desarrollado para animar la película, no eclipsa en absoluto la consistencia de un guión fantástico apoyado en unos personajes bien definidos y que beben de las más viejas historias de terror, como ése fantástico Cesareo que nos recuerda tan inevitablemente a Nosferatu. En O Apóstolo contamos con una atmósfera muy trabajada y conseguida, en la que la niebla se pega al espectador y no desaparece en ningún momento, apoyada además en la notable banda sonora de Philip Glass. El pueblo adquiere un carácter tétrico y siniestro, a lo que ayuda la vigorosa tarea de realización, en dónde las cámaras se lo zampan por completo consiguiendo trasmitir sin problemas ese halo de sitio malrrollista. Pero aún así, es curiosamente cuando O Apóstolo se sale de su formato, para contar una ancestral historia melódica, cuando llega su mejor momento, la confirmación total de que tan terrorífica historia, no sólo es un homenaje a las historias gallegas, si no a toda la tradición de fantaterror española. Un homenaje que toma un significado aún más mayúsculo gracias a la presencia de Paul Naschy, al que como es lógico va dedicada la película.
Mucho ha cambiado desde que la rústica animación de Los Aurones se convirtiera en uno de los puntos más innovadores de la animación española. Y es que en O Apóstolo se demuestra que nuestro trabajo aquí poco tiene que envidiar a grandes como Aardman, no en vano, se ha contado con los mayores expertos en la materia a nivel mundial. Fernando Cortizo se presenta como un tipo de un talento increíble (pocas veces el trabajo de un director en una cinta de animación es tan sencillo de admirar como el que Cortizo tiene aquí) y con unas ganas tremendas de innovar. Nos cuenta una historia de terror, arraigada a su pasado, de un tono tétrico y lúgubre que poco tiene que ver con las composiciones habituales del cine de animación. Una versión mucho más madura de la animación terrorífica que este año parece desembarcar desde Estados Unidos. Una historia dónde apenas hay a lugar para el humor, salvo algún guiño puntual o la aparición del personaje de Naschy un tirano con matices cómicos, para ayudar a que su ritmo, tan denso como la niebla y que te va atrapando e intrigado rápidamente, no se sienta adormecido. Una propuesta arriesgada, pero totalmente triunfal.