Crítica: Oz, un mundo de fantasía. De Sam Raimi. Gato por liebre.

Por Cris Miguel @Cris_MiCa

Innecesaria, hasta tal punto que llega a gustarte de verdad El Mago de Oz original. Sin magia ni ilusión. James Franco es un mago mediocre en un mundo mediocre, con unas brujas absurdas y una trama en sí misma insustancial y barata. 
El gran chasco de lo que llevo de año. No esperaba un peliculón. No me considero fan de El Mago de Oz (odio a Dorothy), pero esto, esto es un auténtico despropósito. Ni visualmente convence. Raimi abusa del 3D y del ordenador, dejando los planos de fondo borrosos y desmereciendo el paisaje en general.

La historia es más simple que el palo de una escoba. Oz, James Franco, es un mago del tres al cuarto de principios de siglo cuyo único objetivo en la vida es convertirse en un gran ilusionista, en un gran mago. Por razones habituales y caprichos del destino, tras una tormenta, el blanco y negro inicial se desvanece y apreciamos el mundo de Oz a pleno color. La primera con la que se topa es con Theodora, Mila Kunis, que la pobrecita no puede ser más tonta y se enamora de él. Llegan a la Ciudad Esmeralda donde se encuentran con la hermana, Evanora, que le promete el trono de la ciudad si acaba con la malvada bruja del oeste. Oz, que casi no es ambicioso, acepta el reto y comienza su aventura. Una aventura aburrida con unos personajes fútiles y mediocres y un desenlace digno y acorde con toda la cinta: horrible.

“¡Cómo te pasas!”, pensaréis, pero es que esto no se arreglaría ni con canciones cursis. La trama carece de ritmo. Y no me vale como excusa que, al ser un viaje, trata de los personajes que se encuentra por el camino, no. Porque los personajes que se encuentra… tela marinera. Primero el mono, que parece imperativo que haya un personaje estúpido y plasta, con tintes de servidumbre, que haga reír a los niños. Luego una muñeca de porcelana, cuya relevancia en la historia es la misma que aquella piedrecita que se coló en el zapato de la petarda Michelle Williams.

Que me disperso. La trama es simple. Acabar con la bruja. No pienso decir nada más. Uno de los errores garrafales de esta película es que casi no hay magia y, ¿si no hay magia en Oz, dónde la va a haber? El mago tan esperado que encarna James Franco es un impostor y un tramposo, algo de lo que luego sacan partido… No es magia es prestidigitación. Señores, para eso me voy a ver un espectáculo no al cine. Con lo cual os podéis imaginar que el modo en que acaba con la bruja es… No acaba con la bruja, la espanta, porque ella, al ser mala, es tonta. Espera… no hay nadie listo.

Y es que los personajes, y el guión en definitiva, son de manual. Oz es ambicioso y sus bromas no hacen gracias, se cree un conquistador, pero es patético. Las tres brujas tienen su miga. No sé cómo Rachel Weisz aceptó ese papel, no le llega ni a la suela del zapato. Michelle Williams no es santo de mi devoción, pero hace tan bien de tonta y bondadosa etérea que tengo que aplaudirla. Es cierto que no sé muy bien donde está la línea interpretativa de la real, pero su personaje es absolutamente repelente, bueno en exceso y, si no lo hubiese interpretado ella, lo tenía que haber hecho Anne Hathaway. Con eso está todo dicho. Mila Kunis… me ha parecido demasiado pequeñaja, y el disfraz no está nada conseguido. Fiona disfrazada de bruja

Es que es lamentable. No la veáis. Ved antes, de nuevo y por enésima vez, El Mago de Oz, que por lo menos cantan. 
Visualmente debería ser intachable pero tampoco lo es. Es cierto que hay pasajes muy bonitos, pero… ¿la niebla? Y casi no se presta atención al camino de baldosas amarillas, no resplandece igual. Esta película es la hermanastra fea, horripilante, de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton. 

Los niños que tenía detrás se rieron bastante. Supongo que a los niños si les gustará, es simple y graciosa y…simple. Además hay enanos, eso da risa, ¿no? Exacto, ese es el nivel de humor del que estoy hablando.
Creo que el mensaje está claro. No la recomiendo. No la veáis. No perdáis el tiempo.

¡Juzga por ti mismo!