Nada menos que treinta y tres años han pasado desde que se estrenó la mítica 'Poltergeist'. Y es ahora, en esta época de remakes innecesarios, cuando se estrena la nueva versión de 'Poltergeist', dirigida por Gil Kenan.
¿Qué se puede esperar del remake de una de las películas más icónicas de principios de los ochenta? En principio nada más que o una aberración que aprovecha el nombre de la original para vender o un producto calcado del original que aburra al espectador pasados los primeros minutos. He de decir que esta versión se acerca más a la segunda opción, pero sin caer en el aburrimiento. Han respetado la estructura de la original, siendo a veces algo previsible, pero han sabido aprovechar las ventajas de ésta para traer una película fresca que, a pesar del parecido con su homónima de 1982, no aburre en ningún momento. Hay algunas escenas que no estaban en la original y que son de lo mejor de la película, no sé si por ser nuevo. David Lindsay-Abaire, el guionista, ha aprovechado los mejores elementos de la producción de Spielberg y los ha actualizado. Empezando por la televisión y siguiendo por las cámaras y teléfonos, ha sabido utilizar el potencial que ofrecían en su día y multiplicarlo adaptándolos a los nuevos tiempos con el uso de un dron con cámara, teléfonos móviles o tablets. Los personajes principales están mejor perfilados que en la original, dando importancia a todos y cada uno de ellos. Esto evita algunas situaciones que, por lo naive, parecían fuera de lugar. Además ha dotado a los personajes de un humor que no desentona con el resto de la película. Eso sí, las mejores bromas son las que homenajean al 'Poltergeist' de 1982, que conseguirán sacar una sonrisa al espectador primerizo y una risa al que haya visto la original. Pero no todo iba a ser bueno en esta nueva versión, no. Hay veces que se echa de menos un poco más de riesgo, que deje de ir tan de la mano de la original. En estos últimos años hemos visto películas de terror con muy mala uva en la que a los personajes podía pasarles, literalmente, de todo. La de 1982 era una película de casa encantada muy inocente, y al ir la versión de 2015 tan cerca, tiene el mismo aire. Una pena que no hayan querido arriesgarse un poco más en este aspecto. También se echa en falta el desmadre y la locura del último acto de la película de Tobe Hooper, aunque se suple con una secuencia bastante interesante de la que no diré nada.
Gil Kenan planifica con mimo este remake y se aleja -no todo lo que nos gustaría- de los sustos gratuitos basados en subir el volumen y meter un personaje horripilante en el plano. La dirección de actores también se aleja del género, ya que los personajes no se dedican a dar gritos o llorar asustadísimos. La familia Bowen nos parecerá tan real como la familia Freeling, y esto ya es decir mucho. Sam Rockwell y Rosemarie Dewitt cumplen perfectamente como padres de familia, aunque quizá él esté un poco por debajo de ella. Saxons Sharbino como hermana mayor no lo hace mal a pesar de estar desaprovechada. Pero sin duda lo mejor de la película son Kyle Catlett como el hermano mediano y Kennedi Clements interpretando a la Carol Anne -Madison en esta película- del siglo XXI. Esta pareja de jóvenes actores dan vida a la película y harán que no echemos demasiado a los niños originales. A la que sí echaremos de menos es a Zelda Rubinstein, o la carismática Tangina Barrons y su 'This house is clean'. Su papel lo ocupa Jared Harris con más o menos soltura, aunque esto no evitará que queramos escuchar la característica voz de Zelda Rubinstein.
Si te gustan las películas de terror, 'Poltergeist' es una muy buena opción por su elegancia. Y si te gustó la original pero no eres talifán, te gustará esta nueva versión con muchos guiños -empezando por el primer plano que aparece en pantalla, una declaración de intenciones- a la película en que se basa. No es un remake a la altura de 'El amanecer de los muertos', pero se agradece mucho que no sea tan gratuito. Prepárate, porque ya están aquí.