Crítica | “Spectre”: el imperio contraataca

Publicado el 10 noviembre 2015 por Pandora Magazine @PandoraMgzn
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Ficha técnica | Título original: Spectre. Director: Sam Mendes. Guión: John Logan, Neal Purvis, Robert Wade, Jez Butterworth (Personajes: Ian Fleming). Reparto: Daniel Craig, Christoph Waltz, Léa Seydoux, Ralph Fiennes, Monica Bellucci, Naomie Harris, Dave Bautista. Género: Acción, Aventuras, Thriller. Duración: 148 minutos. Año: 2015. País: Reino Unido. Fotografía: Hoyte van Hoytema. Música: Thomas Newman. Productora: MGM, Columbia Pictures, Albert R. Broccoli, Eon Productions. Distribuidora: Sony Pictures España.

“Skayfall” (2012), la película del 50 aniversario de la franquicia mainstream más longeva de la historia, fue un auténtico pelotazo. Recaudar más de mil millones de dólares y llevarse 2 Oscars y no sólo en lo técnico, creo que sólo lo han hecho “Titanic” (1997) y “El señor de los anillos: El retorno del rey” (2004), además de las muy positivas críticas y el buen regusto que dejó entre la gran mayoría del público.

Ahora, 3 años después, el mismo equipo creativo de aquella se reúne para igualar o superar la hazaña, pero hay que recordar que sólo en una ocasión un peliculón dio paso a otro peliculón en la saga, con “Desde Rusia con amor” (1963), que fue seguida por “James Contra Goldfinger” (1964). Y de eso hace ya medio siglo. Yo no digo más…

James Bond (Daniel Craig) tras una espectacular captura en México D.F. viaja a Roma, donde conoce a Lucía Sciarra (Monica Bellucci), la hermosa viuda de un infame criminal. Bond se infiltra en una reunión secreta y descubre la existencia de una siniestra organización conocida como SPECTRE. Mientras tanto, en Londres, el nuevo director del Centro para la Seguridad Nacional cuestiona las acciones de Bond y pone en duda la importancia del MI6, encabezado por M (Ralph Fiennes). Tras el incidente de Mexico, se le retira la licencia a 007 y debe tirar de la ayuda de Moneypenny y Q para que le ayuden a buscar a Madeleine Swann, la hija de su antiguo archienemigo, el Sr. White, que quizá tenga la clave para desentrañar el misterio de SPECTRE. A medida que Bond avanza en su misión, descubre una estremecedora conexión entre él mismo y el enemigo que busca.

Bueno, vale, las de Timothy Dalton fueron una buena y otra muy buena, pero “007: alta tensión” (1987), aunque estimable, no llega a estar dentro de las míticas del agente británico, por lo que no las cuento dentro de esa dupla de peliculones. Sin embargo sí que entre las míticas está una de las dos no oficiales de la saga “Nunca digas nunca jamás” (1983), dirigida por el realizador de “Star Wars episodio V: El imperio contraataca” (1980) –¿se acuerda alguien cuando esta peli era sólo “El imperio contraataca” o la segunda de “La guerra de las galaxias”?– y este dato sobre la última película en la que Sean Connery no es baladí y ahora explico el por qué. Antes quiero avisar que aunque no me he llevado ninguna sorpresa gracias a los muy destripadores tráilers, no quiero hacer spoilers a aquellos que hayan optado por ignorar la avalancha de información que Sony nos ha dado sobre el film, pero puedo soltar alguna cosa que puede matar la sorpresa.

Antes de la crítica, hago un poco de historia. Spectre (Spectra en España) ha sido el enemigo a batir en los primeros compases de la saga. En un total de 7 películas oficiales de la saga, mas la no oficial comentada con anterioridad, Spectre estaba en el punto de mira del agente británico. Y no lo fue en más películas por un lío legal que me ocuparía más que esta crítica, que ya empieza a ser larga.

Otro poco de historia. Tras el correcto funcionamiento y más o menos positiva aceptación de la película del 40 aniversario “Muere otro día” (2002), Eón, la productora de la saga, llega a un acuerdo de distribución con Sony y así recuperaría al fin los derechos de “Casino Royale”, en manos de la productora desde los 50, la primera novela de Ian Fleming sobre el agente y consiguió recuperar los derechos de los personajes de la novela “Operación Trueno”, motivo por el que no pudo usar ni a Spectre, ni a su líder, Ernst Stavro Blofeld.

Venga, entro en materia ya y dejo este largo preámbulo, pero tiene sentido. Sam Mendes es un director así modernillo/dramático que tuvo la suerte de que su sobrevalorada (muy sobrevalorada) “American Beauty” (1999) apasionara a todos aquellos cinéfilos de pega que poco han conocido al neorrealismo o la Nouvelle Vage, dando mucha pasta y llevándose premios de camino. Luego haría una obra magna que era “Camino a la perdición” (2002) y tras eso… no levantó cabeza. Fracaso tras fracaso, no lo quedó más que venderse a la industria, así que aceptó meterse en la franquicia del espía de oro.

Tras el superlativo reinicio de franquicia que firmó Martin Campbell en la que para mí es una de las mejores películas de la saga “Casino Royale” (2006) en donde el australiano confirió un alma a la vez que una dureza que no se habían visto en el personaje desde antes de los 70. Como he dicho al principio, tras un peliculote llega el bluf, que en este caso fue la desaborida “Quantum of solace” (2008), que no gustó a nadie, ni al público, ni a la crítica… ni a los productores, que han intentado borrar toda referencia al cagarr… film de Marc Foster en el presente film. Por eso la misión de Mendes era seguir esa línea de profundizar en el personaje entre disparos y explosiones, metiendo un villano fotocopia del Joker de “El caballero oscuro” y bueno, la cosa salió más o menos bien (a veces se le iba la mano con el rollo dramático, lastrando ciertos momentos, entre ellos el eterno clímax), y la cosa es que gustó a la gran mayoría.

En “Spectre” (si, ¡al fin empiezo a hablar de la película!) Sam Mendes busca conseguir el mismo resultado que en su film anterior, pero ahora con el doble de presupuesto. ¿Qué supone esto?, escenas de acción más grandes, decorados más grandes y un comienzo en México que les tuvo que costar una fortuna, sin hablar de la persecución en avión. Aquí Mendes se ha sentido más a gusto, y aunque las secuencias de acción siguen ahí, todo ahora se centra en el drama del agente y todo el equipo que le rodea. De hecho hay dos secuencias de acción totalmente anti adrenalíticas porque el director está contando otra cosa. Esa persecución con el cochazo Aston Martin con uno de los villanos detrás realmente nos la suda porque estamos a otra cosa. Que oye, habrá quien lo considere un punto más en la definición del personaje, pero sinceramente, no se puede estar a la carne y a las tajadas y componiendo así la escena o te cargas el guión o la secuencia. Mendes tira por el drama, porque la acción no es lo suyo y lo demuestra haciendo esa poco estimulante, aunque simpática, ojo, persecución.

Otro tanto es cuando al final de una de las tramas paralelas que termina inevitablemente en combate, se resuelve de la forma más torpe posible, digna de un video amateur del Torbe (o de la parte final de “El caballero oscuro: la leyenda renace”, que nadie diría que es de uno de los realizadores más sólidos de la actualidad) con un villano cayendo al vacío absurdamente. No está aquí tan logrado el equilibrio en este sentido, pero tampoco ayuda que se noten las diferentes reescrituras de guión, con la lógica temporal que se la han pasado por el forro y con un Dave Bautista que tenía que ser un villano tipo Odjobb, Tiburón o Mayday, pero que se queda en un villano digno del Doctor Maligno.

¿Has llegado aquí tras todo el rollo del principio? bien, porque todo tenía un por qué. He comentado lo de “El imperio contraataca” y todo tiene un por qué. En esta segunda parte, perdón, película dirigida por Sam Mendes, al igual que en la saga de Lucas, el héroe guiado por el fantasma de su antigu@ mentor/a se enfrenta al malvado y corrupto imperio que está comandado por ¡¡¡¡¡¡¡ATENCIÓN SPOILER!!!!!!! alguien que tiene una conexión familiar con el héroe. Y no, no tiene una hermana. Para la próxima, supongo FIN SPOILER. Si como digo “Skyfall” fue “El caballero oscuro”, esta bebe muchísimo de la película dirigida por Irvin Keshner, curiosamente el director de la película no oficial de Bond, la ya comentada “Nunca digas nunca jamás”, película que, por cierto, he visto homenajeada en algún que otro momento en “Spectre”. Y me ha sorprendido precisamente por no ser peli oficial. ¿La veremos en un próximo recopilatorio de tooooooda la saga?. Pero no me sorprende por los homenajes, ya que desde que Halle Berry salió del mar con un Bikini tipo Ursula Andress/Honey Ryder (Linda Ryder en España) en “Muere otro día” el auto homenaje se ha convertido en algo habitual en la saga, pero a mí que soy fan de la saga, hasta me ha cansado tanto homenaje a la saga en general y a los Bonds de Connery en particular, copiando casi plano por plano la pelea del tren de “Desde Rusia con Amor”, con las secuencia de las bombonas de otra parte de la cinta como colofón de la secuencia, la clínica en los Alpes de “007: Al servicio secreto de su majestad” (1969), el cráter de “Sólo se vive dos veces” (1967), el smoking de “James Bond contra Goldfinger”  y “Diamantes para la eternidad” (1971), las máscaras espectrales de “Vive y deja morir” (1973), la caída al vacío –aquí sin corbata de por medio– de un villano de “La espía que me amó” (1977), referencias a “007: alta tensión” e incluso la lancha saliendo del edificio –ahora en ruinas– del MI6 de “El mundo nunca es suficiente” (1999). Ah, y que no se me olvide la reunión de los malos al principio salida de “Operación trueno” (1965), pero más parecida a la de su remake, “Nunca digas nunca jamás” y lo de la viuda italiana salida de “Operación Trueno”.

Y hablando de la viuda italiana … ¡Monica Bellucci!, Vale, se le notan los 50 años, pero ¡JODER, QUÉ BIEN PUESTOS LOS TIENE!. Tiene la mejor secuencia de la película de lejos, con ese intento de asesinato convertido en un juego de seducción. Y polvo. Y va la tía y al final sale en ropa interior, en una cama, de rodillas… y te olvidas que estás viendo una película de 007. Pero su aparición es corta y su salida es insatisfactoria. Algo me dice que esta señora aparecerá en la próxima entrega. Y ya que estamos con las interpretaciones… pues brillantes todos. Craig se ha mimetizado ya con Bond. Con el Bond de Fleming y Connery, no con el de Moore/Brosnan, más divertido, pero más hueco. Sólo Léa Seydux, poniendo su cara de mosquita muerta en todo momento, se me queda corta. Y me jode, porque en “La vida de Adéle” la tía está espectacular. Pero a ver, en comparación con Daniel Craig, Ralph Fiennes y Christoph Waltz o se tira mucho de recurso o se es un actor como un pino y aquí la francesa, habitualmente bien, aquí se queda un poco corta.

Pero bueno, que parece que la estoy poniendo peor que “Quanton of solace” pero no, está bastantes enteros más arriba, pero ya te digo que esta no va a ser de los grandes films de Bond, de esos que crean fans, ya que ni la BSO resulta especialmente memorable ni te quedas más allá de un par de momentos. En fin, un 6’5 y esperando que la próxima la dirija Nolan, fan declarado de la saga, mejor narrador y más espectacular que Mendes y menos dado a los dramas internos y más al espectáculo, sin olvidarse de lo primero.

PD: ¡Cachis en la mar! se me ha pasado lo de la relación entre Quentin Tarantino y “Casino Royale” y no tiene nada que ver con Christoph Waltz. Bueno, no pasa nada, porque “James Bond volverá”.

Crítica: Juan Pablo Pérez-Padial