“El título de la película está en lo cierto, es tan fuerte en su sentimentalismo y tan cerca de tú rostro, que te termina siendo un fastidio.”
★★½☆☆
El 11 de septiembre es un fecha muy dolorosa para los norteamericanos y no se diga para el resto del mundo, ese día el terror y la incertidumbre se apodero de nuestras vidas. Fueron innumerables horas las que llenaron nuestros televisores con imágenes catastróficas que dudábamos que fueran ciertas, era como una película de ciencia ficción en donde no podías creer que dos monumentales edificios hayan sido destruidos con tanta facilidad. Es por eso que es difícil de aceptar cualquier intento por representar la tragedia cuando estimulas el recuerdo del “peor día”, como lo llama el pequeño protagonista.
Basado en la novela de Jonathan Safran Foer, el director Stephen Daldry ha creado una película que contiene todos los elementos que la Academia busca y que por lo visto cayeron en la trampa al regalarle una nominación. Desde el elenco conformado por Tom Hanks, Sandra Bullock, John Goodman y Max von Sydow, hasta el uso de 9/11 como fondo para la estimulación de los conductos lagrimales , todo esto es perfecto para quedarse sentado y esperar recibir premios de la crítica.
Oskar Schell (Thomas Horn) es un niño que ha perdido a su padre cuando cayeron las Torres Gemelas, que es increíblemente inteligente, pero completamente inepto al momento de relacionarse con los demás. Un día descubre una llave de la que espera encontrar algún objeto importante que su padre dejo por ahí olvidado. Es a partir de entonces que comienza una búsqueda por todo Nueva York para encontrar la caja o puerta que presume que lo llevara ha estar más cerca de su padre.
La historia suena muy fantástica, pero ese no es mi problema con la película, si no la interpretación que el director Stephen Daldry hace del sufrimiento del niño hasta hacerlo insoportable. Es difícil sentirse comprometido con el dilema de Oskar el cual explota a cada momento con ataques de ansiedad, gritos y lloriqueos; lo cual es demasiado de aceptar durante las casi más de dos horas de duración. Si por lo menos no es necesario sentirnos felices por seguir al pequeño por toda la ciudad tocando puertas, al menos si con el deseo de ver su travesía y no frustrados porque todo esto termine lo más pronto posible.
Lo peor es que se pretende embarrar el drama con un toque mágico que no cuadra con la tragedia, entonces uno descubre que la fórmula del guionista Eric Roth (quien es responsable de Forrest Gump y El Curioso Caso de Benjamin Button) se esfuerza demasiado por brindar esa escena carismática que nos haga sonreír y que hasta incluye una pandereta para llamar la atención. La película resulta ser tan elaborada, que nada fluye con naturalidad, ni mucho menos de tomarse en serio.
Si quitáramos del todo la tragedia del 9/11, tendríamos un cascaron de cinta que no llegue a cimentar las relaciones entre los padres e hijos, que es de lo que se supone se trata todo. Depende demasiado de las escenas traumáticas, sonidos e imágenes de aquel día para provocar un enlace emocional en los personajes y es una lástima porque existe el talento actoral para haber sido un éxito. Sin meterse en complicaciones, se nos da idea de una familia ideal con Thomas (Tom Hanks) a la cabeza, en una serie de escenas que rayan en la incredulidad dignas de una telenovela de Televisa. Luego tenemos a la pobre de Linda (Sandra Bullock) llorando por su ausencia de un esposo que no tuvimos ni idea como era su relación. De a tiro que se explota al máximo el carisma de Hank, en un personaje que se vuelve una excusa para que todo funcione.
Me hubiera agradado la mesura emocional que prevalece al final de la cinta. Si hubiera sido tan siquiera la mitad de la sinceridad que se ve que pudieron ser capaces de lograr, entonces estaríamos hablando de un drama digno de recomendación. Pero esto es una manipuladora película que estimula los recuerdos de millones de personas y que por lo visto tampoco fueron inmunes los miembros de la Academia.
Trailer Tan fuerte y tan cerca (Hispanoamérica) / Tan fuerte, tan cerca (España)