Algunos pensarán que la saga Terminator está quemada. Nada más lejos de la realidad. "Terminator Génesis" de Alan Taylor es la quinta película de esta interminable batalla entre humanos y máquinas. Un claro homenaje a la versión original de James Cameron que se queda muy lejos de la calidad de ésta, pese a algunos detalles que encandilarán a los incondicionales.
Alan Taylor plantea un reboot muy sofisticado. Para aquéllos que desconozcan qué es un reboot, deciros que es una adaptación libre de unos acontecimientos ya narrados en anteriores episodios. Es decir, la base es la misma. John Connor desde el futuro decide enviar a un compañero al año 84 para salvar la vida de su madre, que será atacada por un temible Terminator.
A partir de ese momento la historia desvaría de manera muy alocada. Sarah Connor (Emilia Clarke) no es la ingenua y sorprendida mujer de la película original. Ahora estaba preavisada de lo que iba a ocurrir y muy preparada para la batalla. Incluso tiene un Terminator cuya función es escoltarla y velar por su seguridad.
El guión, que busca con ahínco la originalidad sin perder la esencia, es un continuo carrusel de giros innecesarios que no sorprende al espectador. Con unos efectos especiales notables, algún detalle cómico relevante (ojo a la sonrisa forzada de Arnold) y un buen trabajo en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, no podemos conformarnos. Es obligado pedirle más.
Seguro que cuando veáis la película habrá escenas que os parezcan un deja vu. Alan Talor calca algunos de los momentos más llamativos de "Terminator" en lo que pretende ser un reconocimiento al trabajo de James Cameron. Lamentablemente esperábamos mucho más de esta versión moderna del clásico, amargo sabor de boca que la coloca entre las peores películas de la saga.
José Daniel Díaz