Título Original: The Amazing Spider-Man Director: Marc Webb Guión: Steve Kloves, James Vanderbilt, Alvin Sargent Fotografía: John Schwartzman Música: James Horner Interpretes: Andrew Garfield, Emma Stone, Rhys Ifans, Sally Field, Martin Sheen, Denis Leary, Campbell Scott Distribuidora: Sony Fecha de Estreno: 06/07/2012
SUPERHÉROES EN TIEMPOS DE BIEBER
En plena era de los superhéroes es curioso que Spider-Man, el superhéroe más famoso y que pese a ser el que abrió la veda de las películas de superhéroes haya sido de los que peor suerte corriese en cuanto a la calidad artística de sus películas (aunque no es que esto afectase lo más mínimo a la taquilla). Tras dos secuelas bastante horribles y una primera entrega que tampoco era para tirar demasiados cohetes no quedaba más remedio que hacer algo para poder resucitar a la araña moribunda y la idea de hacer borrón de lo anterior no parecía en absoluto algo descabellado. Marc Webb que sorprendió a todos con la genial 500 días juntos no ha sido capaz de volver a sorprendernos y aunque el tono de esta nueva Spider-Man haya cambiado radicalmente, lo cierto es que los resultados no difieren mucho de los conseguidos por Raimi en primera instancia y nos deja una sensación de que trata de ser una película demasiado contemporánea y busca beber de tantas fuentes que sólo consigue de borrar por completo su personalidad lejos de los resultados conseguidos por la casa Marvel con sus comiqueras adaptaciones o la madurez narrativa del Batman de Nolan.
Aunque la historia ya la conocemos, la principal diferencia con el Spidey de Raimi la encontramos en que esta ocasión Peter está en el instituto y a la hora de adaptarse a sus nuevos poderes tendrá que ver como estos interfieren también con su vida en la escuela. Lo peor de llevar a Peter al instituto es que lo hace con un tono demasiado MTV, y con un romance que nos recuerda inevitablemente a Crepúsculo (y esto irá a más cuando en la segunda parte previsiblemente añadan a Mary Jane para formar un inevitable triángulo amoroso), ayudado también por un tono oscuro que viene directamente del primer Batman pero resulta tan poco serio que se queda en simple emo.
No sería justo reducirla a esto ya que también es cierto que Webb trata de profundizar en las relaciones entre personajes, lo que resulta sobre todo interesante en las relaciones de Parker con sus tíos e incluso con los secretos de sus padres ya fallecidos, pero da la sensación de que todo este se diluye con la creación del superhéroe y que es un trabajo realizado para nada. Sobre todo si tenemos en cuanto la leve profundización que se hace sobre un villano que resulta insulso y al que le falta demasiada carisma para una película de estas características, además de lo feo que resulta su acabado en un CGI que canta en exceso para una película estrenada a estas alturas.
Quizá con pavor por las (injustas) críticas recibidas al sentido del humor de la tercera entrega de Raimi, lo único que la salvaba de ser un bodrio aún mayor, se huye por completo de ello en este reinicio de la saga, pero son justamente sus momentos más desenfadados con los chascarrillos propios del personaje los que mejor sabor de boca dejan, y aunque nunca deja de ser entretenida, pese a una duración bastante excesiva y que tarda demasiado en arrancar, cuando trata de ser más épica es cuando la película se siente más fallida e incluso en algún momento ridícula.
Pero por dónde gana esta goleada esta nueva versión del hombre araña es en el plano interpretativo, no sólo por el carisma desprendido por un Andrew Garfield que encaja mucho mejor en el papel de lo que lo hiciera Maguire y que desprende una grandísima química con Emma Stone, si no también por el estupendo trabajo de sus secundarios y es que da gusto ver a Martin Sheen en cualquier papel. Realmente poco nuevo tiene aporta este reinicio de la franquicia que desaprovecha por completo la oportunidad de unirse al espíritu de la fase 1 planteada por Marvel, le falta garra para acercarse a lo planteado por Nolan y tampoco busca una alternativa atractiva como el fantástico vintage de X-Men: Primera Generación. The Amazing Spider-Man es un producto veraniego muy disfrutable, pero demasiado fácil de olvidar y sin poder tampoco para borrar lo antes creado.