► The Equalizer, Antoine Fuqua (2014)
► 128 min. Estados Unidos
Robert McCall, un antiguo agente de la CIA, abandona su retiro para ayudar a Teri, una joven que está en manos de la mafia rusa. Se trata de una situación que despierta en él un renovado deseo de justicia. Versión cinematográfica de la serie de televisión de los 80, 'El justiciero'.
Impactante. Dura. Adictiva. Es así como definiría la última película del director de Tranning Day, protagonizada por un Denzel Washington que roza ya los 60 años pero que sigue en la mejor forma, más que nunca diría yo. Entré en la sala de cine asustado por la horrible calidad de otra película (cofAnnabellecof) y necesitaba con urgencia quitarme la amargura de la cabeza. No esperaba un peliculón profundo ni tampoco un drama que me hiciera llorar. Lógicamente no encontré nada de esto en la película. Encontré lo que venía buscando: acción, distracción, diversión, dos horas que se fueron en un pestañeo. Puro cine comercial que nos llena y nos lo hace pasar genial en la sala del cine. Eso es The Equalizer. ¿Qué esperabais?
Pues ya estáis tardando en ir a verla. Os lo digo de verdad. Me pareció una propuesta que, aunque no es original, nunca pasa de moda y que al menos a mí, me termina enterneciendo y poniendo los pelos de punta. La cosa va así: Robert lee tranquilamente "El viejo y el mar" en un bar a altas horas de la madrugada; vive humildemente y con orden, manteniendo un trabajo en unos grandes almacenes especializados en bricolaje (el Leroy Merlin americano, por lo menos) y es amigo de sus amigos. Un hombre que se llena la boca con consejos que sigue a raja tabla, mente sana, cuerpo sano y monsergas típicas de un hombre feliz. Pero, ¿y si os dijera que Robert no es quien nos quiere hacer creer? Eso es lo que iremos descubriendo a través de sus acciones, sobre todo luego de que casi maten de una paliza a una joven prostituta rusa con la que él estaba empezando a congeniar. A partir de ahí, todo cambiará.
La mafia rusa, la corrupción de la policía del distrito, trata de blancas, jóvenes con esperanzas rotas, hombres con pistolas que te esperan en la oscuridad de tu propia casa, tatuajes que etiquetan los niveles de amenaza (a cuantos más, peor), un desfile de personajes que van cayendo como moscas bajo la increíble fuerza y velocidad de Denzel Washington, que es capaz de deshacerse de un grupo de rudos mafiosos en 19 segundos, ¡y al tío todavía le parece mucho tiempo! Escenas inolvidables de acción de la buena. Y es que la factura artística de la película es alta, de una calidad increíble, con tomas grabadas con gusto, con una fotografía melancólica que nos retrata que los extremos no son siempre buenos: ni el bien es demasiado bueno ni el mal es demasiado malo.
El personaje de Robert es una incógnita para el espectador y también para sus atacantes. Y lo mejor: aunque puedas predecir la película, el final terminará sorprendiéndote. Me ha dejado un agradable sabor de boca, sobre todo me llevo al recuerdo las escenas finales y las interminables peleas, las tomas con contrastes entre luces y sombras, y las preciosas tomas que acompañan a nuestro siniestro justiciero. ¡Los pelos de punta! Un añadido es la canción compuesta por Eminem y cantada a dúo con Sia -Guts Over Fear- que, lamentablemente, sólo aparece en el tráiler (bastante cutre, todo hay que decirlo) y en los créditos finales. Como ya he dicho: id a verla.
→Lo mejor: Las escenas de acción, lo realista que resultaron todas y cada una de las muertes, el villano encarnado por Marton Csokas y el montaje final de la cinta, que es sencillamente espectacular. Algunos diálogos son acojonantes.
→Lo peor: Que la canción de Eminem no apareciera en alguna escena emocionante en la película, eso habría estado bastante bien. La escena en la que descubrimos un "poquito" del pasado del personaje principal me pareció flojo, lo habría rodado de otra manera.
→Puntuación: 7/10
Escrito por Daichan
Daichan es un chico aficionado a la lectura desde que es joven, aunque confiesa haberse encontrado con serias dificultades para engancharse al bello arte de leer. Está estudiando Gestión de Alojamientos Turísticos y Ruso en la EOI. Es el marido de Kanon y co-fundador de Mientras Lees.