En la película de 2010 Howl protagonizada precisamente por James Franco se cuenta entre otras cosas el juicio que tuvo el editor de Allen Ginsberg. Se le acusaba de inmoral por haber publicado un poema que consideraban soez y de mal gusto. El abogado defensor en un momento de la película decía que al haber puesto la denuncia e intentar censurar el libro habían conseguido el efecto contrario al esperado, que un poema que tan sólo hubiera sido conocido en un pequeño ámbito literario se diera a conocer en todo el mundo. Algo así ha pasado con esta película, una comedia en la que se utiliza un personaje como es el líder de Corea del norte para hacer una sátira política que tendría un público aficionado a este tipo de películas ha conseguido que se conozca de forma global. Puede que haya gente que no sepa quien en James Franco y habrá menos que sepan quién es el gordito simpático que le acompaña es Seth Rogen (codirector de la película) pero hay muy pocos que sepan que han intentado por todos los medios que esta película no viera la luz con una guerra cibernética en la que ha tenido que intervenir hasta el mismo presidente de los Estados Unidos. Cuando se defiende una película como esta contra los ataques contra la libertad de expresión no se defiende tan sólo una película o los intereses empresariales de una compañía, en este caso Sony, sino que se defiende uno de los pilares más importantes de nuestra sociedad como es la libertad y que aunque tiene que tener unos límites estos no deben venir de este modo ni por estos motivos.
La película nos presenta a un par de periodistas que llevan a cabo uno de los programas de entrevista más importantes de la televisión, pero aunque el público les apoya no tienen el mismo reconocimiento por parte de los compañeros. Mientras que el personaje de James Franco está contento con lo que hace, su compañero Seth Rogen busca una forma de trascender su trabajo y hacer algo más serio y que tenga alguna relevancia. Este debate que se plantea es de alguna forma lo que muchos espectadores y críticos tienen a la hora de enfrentarse a una comedia como esta. Que una película tenga mucho éxito y que cumpla cómo único objetivo el entretener y hacer pasar un momento divertido ¿la hace necesariamente mala o por el contrario debemos valorar una película si cumple los objetivos que se plantea? La pluralidad de historias nos enriquece y a veces es necesario simplemente ver una película que nos haga desconectar porque si todo el cine que vemos es intenso y reflexivo no podríamos utilizar las películas como forma de evadirnos. ¿Quiero decir con esto que The interview es una comedia simplona que nos hace pasar un momento divertido? No. Tiene varios niveles de comedia y dependiendo de los intereses de cada espectador nos podemos quedar en la más básica que es la de una comedia sobre una dictadura que resulta divertida por sus momentos de humor grueso con sus chistes de sexo y drogas pero también podemos ver más allá y ver una comedia política que busca comprender la psicología de un personaje como el líder Norcoreano. A muchos les gustaría que la película diera un retrato de Kim Jong-un como un monstruoso dictador que tiene esclavizado a su pueblo y al que solo le falta un rabo, dos cuernos y un tridente para ser un auténtico demonio. Para su pueblo es un dios del que se llega a decir que no tiene ano porque no necesita ni cagar ni mear ya que trabaja tanto que todo se quema internamente; para el mundo occidental es un monstruo que tiene a todo un país encarcelado. Ni una cosa ni la otra, es tan solo un hombre que tiene sobre sus espaldas la responsabilidad de llevar la carga de todo un país del que él también es un poco víctima ya que aunque vive en una posición más que beneficiosa también tiene sus responsabilidades y sus limitaciones. Este es una forma más que acertada de acercarnos a un personaje como este entendiendo cómo alguien puede llegar a cometer actos tan horribles siendo tan sólo un hombre. La valentía de hacer una comedia como esta es enorme por las consecuencias que ha tenido porque además de divertida, en las casi dos horas que dura la película, es difícil no reír especialmente con el personaje de Franco, nos ofrece una valoración política que va más allá de los occidentales somos buenos y Corea del norte son malos. Por suerte por mucho que hayan querido que no la viéramos por fin se ha estrenado y disfrutar de esta gran comedia. Después de ver The interview no estaría mal recuperar This is the end que se estrenó aquí como Juerga hasta el fin con los mismos directores y pareja protagonista en la que metía a los propios actores en la que de alguna forma interpretándose a sí mismos durante el fin del mundo. La llegada del apocalipsis en vez de tomársela de forma dramática y triste como en Melancolía deciden disfrutar hasta el ultimo momento de lo poco que les queda de vida.