[Crítica] Una cuestión de tiempo: El retorno de Curtis
Moisés Valderas Álvarez 24 octubre, 2013 0
Vivimos en un mundo en el que ya está todo inventado y dónde prácticamente nada nos sorprende. En el cine, y mas concretamente en las pelis románticas no iba a ser diferente, y es por ello que mes a mes, año tras año, vemos la misma peli una y otra y otra vez pero con distinto título, aunque la mayoría de ellas protagonizadas por Jennifer Aniston.
Pero hay un pequeño grupo de personas que siempre lucha por intentar hacer algo diferente, coger una idea ya existente y darle una vuelta de tuerca, trabajándola con mimo y con cariño para no caer en los tópicos de siempre y de este modo, ganarse a un sector del público aun mayor para el que en teoría no está destinado este tipo género, películas como la trilogía de Richard Linklater de Antes del amanecer/atardecer/anochecer. Y es en este pequeño grupo dónde destaca un nombre propio, el amo y señor de las comedias románticas, Richard Curtis.
Una cuestión de tiempo nos narra la historia del joven Tim Lake, un autentico gafado en el amor al que a sus 21 años se le revela el gran secreto de la familia; la capacidad por parte de los varones de viajar en el tiempo. Claro que no todo iba a molar tanto, ya que esta capacidad se reduce solo a momentos de la vida del viajero, y dependiendo de una serie de factores esta capacidad está aun mas limitada.
No puedes matar a Hitler ni tirarte a Helena de Troya, por desgracia.
Tras el gran fiasco amoroso de su vida, Tim decide hacer vida propia y mudarse a Londres dónde empezar a ejecer de abogado. Al poco tiempo conocerá Mary, de la cual se enamorará al instante. Todo se tuerce cuándo Tim se ve obligado a viajar a otro lugar la misma noche que la conoció a ella. Al volver al presente se da cuenta de que ha perdido todo contacto, y es cuándo comienza su misión de encontrarla en una enorme ciudad y volver a enamorarla.
Lo sorprendente de la película es todo lo que viene después, con una mezcla maravillosa de drama, romance, una ficción perfectamente dosificada y bien insertada, y grandes dosis de humor dónde no será solo el padre de familia (un nuevamente brillante Bill Nighy) quien tome el peso importante, la familia Lake al completo es hilarante de principio a fin, con mención especial para el genial Tio Desmond (Richard Cordery) y para Kit-Kat (Lydia Wilson), la hermana de Tim. Pero claro está, los grandes culpables de esta genialidad son la adorable, maravillosa y guapísima Rachel McAdams y un espectacular Domhnall Gleeson (Harry Potter, Black Mirror).
Gracias a la Fiesta del Cine hemos podido disfrutar de mas estrenos de lo habitual, y puedo decir sin temor a equivocarme que nos encontramos, quizá con el permiso de Gravity, ante EL estreno de las últimas semanas.
[pinit]