La caída libre del Pasok pone en evidencia el cáncer que sufre la socialdemocracia europea
Aunque los medios citados, en el párrafo de arriba, hayan pintado la victoria de Syriza como algo malo para el futuro europeo; el resultado griego sirve de preámbulo para nuestros próximos comicios autonómicos y generales. Aunque Grecia no es España; lo cierto y verdad es que sendos territorios guardan grandes similitudes. Ambos Estados pertenecen a la Unión Europea; tienen el mismo jefe de filas – Merkel – y se rigen por las mismas directrices económicas – los dictámenes de la troika -. A sendos países les han aplicado durísimas políticas de recortes para no ser expulsados de Europa y, tanto España como Grecia han sido gobernados, durante los últimos dos años, por partidos neoliberales.
Partidos, sin escrúpulos, que han hecho todo lo posible por contentar a los mercados, sin preocuparse, lo más mínimo, por el sufrimiento de sus ciudadanos.Así las cosas, tanto allí – en Grecia – como aquí – en nuestra tierra – se han ido fraguando, en los últimos años, corrientes de indignación y desafección civil contra las políticas de austeridad llevadas a cabo por el neoliberalismo y la socialdemocracia. No olvidemos que Zapatero, Venizelos y Hollande – todos socialistas – han sido títeres de Merkel. No han estado a la altura en la defensa de sus principios ideológicos en los despachos de Bruselas y, siempre se han escudado con el mantra "cumplimos órdenes de Europa" para quedar bien de cara a la galería.
Aunque Grecia no es España, lo cierto y verdad, es que guardan grandes similitudes
La caída libre del Pasok pone en evidencia el cáncer que sufre la socialdemocracia europea. Un cáncer – y perdonen por la metáfora – surgido por la ineptitud de los líderes socialistas para defender sus principios ideológicos en los aposentos de Europa. Es, precisamente, esta razón – y no otra – la que invita a "la izquierda moderada" a buscar otros líderes dentro de su espectro. Líderes capaces de sacarle los dientes a la Canciller y decirle a la cara: "basta ya, señora Merkel, de políticas austeras y de recortes sociales". Así las cosas, queridísimos lectores, por mucho que Sánchez no reconozca el paralelismo existente entre Grecia y España, salta a la vista como en sendos territorios, el partido más perjudicado ha sido, sin duda alguna, el partido socialista. Lo ha sido porque mientras la derecha europea ha perdido fuelle como consecuencia del desgaste; la socialdemocracia ha sido castigada por su propia militancia. Así las cosas, para que el partido socialista no sea devorado por los mordiscos de Podemos; es necesario que ponga sus ojos en Europa como la razón de su problema. Criticar a Europa, y pedir disculpas a su electorado por la "derechización" de Zapatero (decretazo del 2010), sería el primer paso para que el bastión socialista recupere su liderazgo. Sin criticar a Europa, Pedro Sánchez lo tiene crudo para ganar las elecciones. Lo tiene crudo, les decía, porque por mucho que señale a Rajoy por desmantelar el Estado del Bienestar, no olvidemos que fue ZP – el que se reúne con Podemos – quien comenzó la senda de los recortes. La misma senda que tanto gustaba a Samarás, y por la que los griegos no están dispuestos a pasar.
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