Muchocine.net
La mayor aventura de Águila Roja no deja de ser un capítulo más que ni cierra etapa ni supone grandes consecuencias. Solo para seguidores del ninja ibérico.
El fenómeno de Águila Roja ha dado para llegar a una popularidad internacional, records de audiencia, el reconocimiento reflejado en galardones, libros, y hasta un videojuego online. La producción de una película era casi obligatoria. Águila Roja, el héroe de la televisión española, se enfrenta a su mayor desafío: La amenaza de Francia e Inglaterra contra el imperio español provocado por un complot a gran escala. Por si fuera poco, también tendrá que rescatar a una damisela en apuros (la top model Martina Klein) y proteger a los suyos de la gran cantidad de peligros inminentes.
Planos bien atados, recursos suficientes a pesar de alguna \'chapucilla\' típica, música válida, escenarios correctos, vestuario bien pensado… Pero termina quedándose entre cine y telefilm. La intención no era hacer una película pretenciosa como el ‘Ágora’ de Amenábar, si no más bien realizar un ‘especial’ en la historia de Águila Roja. ¿Pero para eso hay que ir al cine? Incluso sus fans podrán esperar en su sofá a que la película llegue a sus televisores.
Valoración: mediocre. Por Miguel Ruiz Manzano. Muchocine.net
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Cinemanía
Más que al rey, aquí se profesa fidelidad a las audiencias.
Sobre todo, había capturado el espíritu espadachín a base de acción y galopes rodados con ganas, dinero y vocación, había llevado con gusto las conspiraciones cortesanas de Dumas al Mediterráneo (concretamente a la corte de Felipe IV, cuya corona se rifan, en la trama principal, ingleses y franceses), había conseguido todo esto a un ritmo de superproducción y con unas interpretaciones creíbles. Pero el Águila se quedó a un paso del "Todos para uno". De tanto inflar la película de material de la serie, escenas costumbristas y de interior, con todos los personajes secundarios contando chistes autóctonos al alimón, no llegó. Porque parece que aquí, más que larga vida al rey, lo que se profesa es fidelidad a las audiencias.
Valoración: buena. Por Andrea G. Bermejo. Críticas de Cinemanía