Críticas Cinéfilas (120): The Giant Claw

Publicado el 16 mayo 2011 por Ruta42 @ruta42
The Giant Claw
Año:

Director: Fred F. Sears
Reparto: Jeff Morrow, Mara Corday
Duración: 75 minutos
Productor: Columbia Pictures
Tras varios meses comentando grandes clásicos y películas inolvidables, creo que ha llegado el momento de recuperar lo que a todos nos gusta: el cine B. Hoy, con una cinta de los años 50 muy de su época.
Detrás de este título de culto se encuentra la desconocida figura de Frederick Francis Sears, responsable detrás de la cámara de más de 50 títulos, especialmente de terror, para la Columbia Pictures dese 1949 a 1957, año de su prematuro fallecimiento a la edad de 44 años. Entre el elenco de películas con su sello, figuran El Hombre Lobo o La tierra contra los platillos volantes (ambas de 1956).
El protagonista humano es Mitch MacAfee (Jeff Morrow), un piloto militar que cierto día, realizando unas pruebas aéreas de radar, divisa un objeto volador moviéndose a velocidad increíble. Al principio sus superiores no le creen, pero una serie de subsiguientes accidentes extraños levantan las sospechas de la existencia de ese objeto. Finalmente, descubren que en realidad se trata de un ave gigante procedente de otra galaxia, que además es indestructible debido a que la rodea un campo de antimateria y las armas de la Tierra no le afectan.
The Giant Claw no es una espectacular película de ciencia ficción, ni tampoco es lo peor de la historia del género. Sin embargo, su parte chistosa reside en la misma criatura protagonista. Lejos de ser terrorífico, su grotesco aspecto produce al espectador más risa que horror, y los torpes efectos especiales de sus movimientos convierten a lo que podía haber sido un entretenido film para una colección de serie B en una parodia del género.
Una imagen que no necesita explicación. Esto es The Giant Claw

De acuerdo con una entrevista realizada a Morrow años después, nadie del reparto supo el aspecto del ave hasta que se estrenó la cinta, por lo que todas las escenas donde aparecía, los actores hacían como si estuviera allí. Lo más gracioso, es que la interpretación de los personajes es creíble y aceptable, pero todo queda en nada por este “pequeño” desliz.
Sin embargo, lo comentado anteriormente es el único fallo grande de la película, ya que esta sigue los patrones clásicos de la ciencia ficción/horror de los cincuenta: explicaciones pseudocientíficas sobre el orígen del ser, no aparición de este hasta la mitad de la película, desmotivación al ver que todos los esfuerzos para detenerlo son inútiles, revelación de método y posterior destrucción.
En resumen, una correcta película del género, recordada mundialmente por el chiste de la gigantesca ave, la cual probablemente entre en el top 5 de monstruos de cine más feos. Para pasar el rato está bien, pero no os esperéis nada del otro mundo.
¿Sabías que en un principio, para el diseño del monstruo, se pensó en Ray Harryhausen (el rey del stopmotion), pero debido a problemas del presupuesto se hizo cargo una compañía mexicana de bajo coste?