Críticas Cinéfilas (166): Alícia en el país de las maravillas

Por Ruta42 @ruta42

Disney es una de las empresas cinematográficas más conocidas en el mundo. Sus producciones animadas del siglo pasado han acompañado a varias generaciones de niños a lo largo de sus primeros años, y también en sus etapas más adultas, demostrando que no hay tanto de infantil en ello. Hoy, hablaremos de esta popular, y a la vez extraña, película.

Alícia en el país de las maravillas

Año: 1951
Director: Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Wilfred Jackson
Reparto: Animación
Duración: 75 minutos
Productor: Walt Disney Productions

El creador

Charles Lutwidge Dodgson, más conocido como Lewis Carroll, nacido en Chesire en 1832, fue el escritor que creó el mundo de Alícia. Además de literario, también fue matemático y fotógrafo. La influéncia de las ciéncias numéricas en sus obras es innegable, y como fotógrafo es uno de los más influentes de la época victoriana.

Su obra más conocida, Alícia en el país de las maravillas, así como la segunda parte, Alícia a través del espejo, es una historia que relata el paso de la niñez al mundo de los adultos desde una perspectiva disparatada y absurda, exactamente como se aprecia a los mayores cuando somos aún unos imberbes. Pero Alícia no tiene la suerte de ser una mera espectadora de este mundo, sino que forma parte de él.

La extraña historia en la madriguera

Todo comienza una mañana en la que la hermana de Alícia le está leyendo unas lecciones de historia, a las que esta no presta ninguna atención por ser aburridas, y porque el libro no contiene ilustraciones, por lo que empieza a divagar sobre un mundo creado por ella. Al poco cae dormida, pero se despierta de repente al aparecer un conejo blanco que trae mucha prisa.

Alícia decide seguirle hasta una madriguera, en la que cae hacía un extraño y confuso mundo en el que nada es lo que debería: los picaportes, los animales y las flores hablan y a los pocos seres parecidos a humanos parece faltarles un tornillo. Parece que las leyes de la lógica no funcionan en este mundo.

Alícia siguiendo un camino hasta que encuentra un perro-escoba que lo ha ido eliminando a su paso.

Un mundo disparatado

Sin duda la palabra que mejor define a esta película es surrealismo. No hay ninguna lógica ni un sentido a lo que está ocurriendo. Pero si nos fijamos bien, veremos que detrás de ese sinsentido hay algo más; existe una sátira hacia ciertos aspectos de la vida. Además, dentro de esta anarquía, hay un algo de realidad cotidiana; por ejemplo, en el hecho de que los personajes no oyen más que lo que quieren escuchar. ¿No os recuerda a algo?

Hay que tener en cuenta que la película original de Disney contiene una mezcla entre el primer y el segundo libro de Alicia, por lo que, como siempre, se trata de una adaptación de la obra original. Y por ello, tiene aún menos sentido. pero ello no le ha impedido que se convierta en un clásico indispensable de la factoría cinematográfica más mágica.

¿Sabías que se usaron más de 1000 tonos diferentes de acuarela para el País de las Maravillas?


James Ruthven