Un nuevo Maigret
Hace algún tiempo que la novela negra europea anda buscándole un heredero al comisario Maigret, todo cachaza, familia y tranquilidad, y en los últimos años quien acumula más méritos es el italiano Guido Brunetti, por edad, por ser familiar, por su visión social y por el lugar en el que vive y trabaja, porque aunque Venecia no sea una capital trepidante de la vieja Europa, tiene su particular idiosincrasia criminal. La candidatura le debe mucho también a su autora, Donna Leon, que la ha ido reforzando frente a otros solitarios del género, ya formen parte o no de las fuerzas del orden, y además ha sabido plantarles cara, sin estridencias, a las olas detectivescas que hanllegado del frío.
Esta última entrega es quizá una de las más calmadas, los delitos se ven venir desde el inicio pero aún tardan algunos capítulos en cometerse, para dejar un margen a un Brunetti maduro, que disfruta de su amistad con Vianello, y que cada vez traga peor las hipocresías del superior de turno. Fuera de lo estrictamente profesional, Donna Leon presenta a un tipo calmado, experto y capaz de hallar el equilibrio familiar, tras unos cuantos años de ciertos bandazos, aceptando los caracteres de su mujer e hijos, de sus más estrechos colaboradores e incluso de la familia política.
El cóctel, obviamente, se completa con las irregularidades sociales de turno, los sobornos en los tribunales, las consabidas puñaladas a los perpetuos turistas de Venecia, los chanchullos inmobiliarios, las mentiras de los funcionarios, las influencias, los prejuicios sexuales. Los males endémicos de estos tiempos, aunque en este caso se lanza a la yugular de los adivinos que juegan con la credulidad y la necesidad de fe de las gentes, y con su indefensión ante las supuestas curaciones milagrosas. No obstante, no siempre pueden resolverse todos los delitos, pero eso no deja un poso amargo si como policía uno se esfuerza siempre al máximo.
‘Cuestión de fe’. Donna Leon.
Seix Barral. Barcelona, 2010. 315 páginas.
ABABOL, "LA VERDAD" (22/5/10)