Burla esdrújula
Suripantas de ayuntamiento, coaliciones políticas imposibles, celebraciones de centenarios futboleros, alardes de la cocina patria, damiselas del feminismo más recalcitrante disfrazadas de progres culturales, defensores de la memoria histórica de las guerras carlistas y hasta de las guerras púnicas, espeleólogos de grutas vecinales con ínfulas de novena maravilla mundial, presentadoras casposas y cadenas televisivas leonadas en busca de reventar los índices de audiencia. Cualquiera de estos especímenes puede, a poco que se lo proponga, convocar un concurso de cuentos a lo largo del panorama nacional, y Fernando Iwasaki, un escritor al que le sobra tanto humor como ingenio derrocha, ha decidido reírse en este volumen de toda esa fauna y demostrar que con un solo relato, modificado para cada ocasión, se pueden ganar, por lo menos, siete de esos concursos.
Con japoneses insertados en España como protagonistas, no hay relato que no provoque en el lector varias carcajadas, tanto por los disparatados planteamientos como por el desarrollo de los mismos, hilarante a más no poder, amparando la decisión de Iwasaki de burlarse, al tiempo que los defenestra, de los mercaderes de los certámenes literarios, entre cuyos jurados no duda en incluir al concejal o director general de turno, escoltado por un grupo de escritores conocidísimos. Y eso sin respetar autonomía ni región ibérica alguna, al contrario, colocando con un tino considerable tanto el elogio como la crítica costumbrista de todas ellas, con el fin de alinearse con una de las dos Españas: la que es capaz de reírse de sí misma.
Este libro es histriónico, sarcástico, hiperbólico, satírico, fantástico, crítico, muy crítico, sardónico, enigmático, teológico, histórico, memorístico, homérico, un pelín satánico pero también angélico, caótico, asiático, peripatético, humorístico, drástico, cadavérico, futbolístico, gastronómico, acrobático, político, sintético, jesuítico, lúcido, muy lúcido, folklórico, pictórico, algo sátiro, pedagógico, cúbico, apocalíptico, melancólico, académico, simbólico, anticarpetovetónico, idílico, un poco telúrico, magnético, filosófico, astrológico, anárquico, zoológico, calórico, psicológico, sociológico, elíptico, atlántico, tantálico, también fóbico, lúdico, huracánico, estrambótico, pacífico, ecléctico, eléctrico, homogéneo y, sobre todo, cáustico, muy cáustico.
‘España, aparta de mí estos premios’. Fernando Iwasaki.
Páginas de Espuma. 160 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 21/11/09)