Críticas literarias - patrick ericson

Publicado el 27 febrero 2010 por Antonioparrasanz

Una gran tela de araña

Se habla en el prólogo de esta novela de la teoría del iceberg, que consiste en mostrarle al lector una cuarta parte de la información que maneja el escritor, y Patrick Ericson borda la interpretación de dicha teoría, porque las páginas de esta vertiginosa obra no paran de depararnos sorpresas. Claro que para sorprender así hay que saber manejar muy bien los datos y las ocurrencias argumentales, hay que ser un escritor total, a quien le apasionen las buenas historias, a quien le guste fabular y que debe estar dotado de una imaginación casi tan desbordante como fiel ha de ser su respeto por el lenguaje.

Todas estas virtudes reúne Patrick Ericson y se las regala al lector en una trama muy maquiavélica: un tétrico juego de rol puede conducir a la civilización al Apocalipsis tan anunciado en los textos de San Juan. Si esta frase la firmara algún Brown de turno en la contraportada de un ejemplar americano, todo el mundo estaría con la boca abierta, pero la firma un hombre de aquí. Y su osadía como autor va más allá implicando a las altas esferas de El Vaticano, reconociendo las miserias de la extinta Unión Soviética, dando paso a antiguas hermandades y mostrando algunos rasgos del gobierno español. Todo ello teniendo como centro resolutivo de los enigmas a un equipo estadounidense capaz de desentrañar cualquier cerebro, un equipo capitaneado por Sirius Dyer y que está lleno de peculiaridades dignas de leerse.

La novela es una gran tela de araña en la que caemos atrapados ya desde el inicio, pues no hay un instante de respiro, y eso que cada hilo de la tela tiene que engarzarse de forma cuidadosa con los demás. Y para los que crean que un exceso de imaginación puede restar credibilidad a la historia, nada mejor que llegar hasta la última página, allá donde se cuecen las sorpresas más impactantes.

‘El ocaso de las siete colinas’. Patrick Ericson.

Editorial: Vía Magna. Barcelona, 2009. 495 páginas.

(LA VERDAD, "ABABOL", 27/02/10)