TÍTULO ORIGINAL: Looper. AÑO: 2012. DURACIÓN: 118 minutos. NACIONALIDAD: Estados Unidos. PRODUCTORA: Sony / TriStar Pictures / MG Entertainment / Endgame Entertainment / FilmDistrict. DIRECTOR: Rian Johnson. GUIÓN: Rian Johnson. FOTOGRAFÍA: Steve Yedlin. MÚSICA: Nathan Johnson. INTÉRPRETES: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Pierre Gagnon, Paul Dano, Piper Perabo, Jeff Daniels, Tracie Thoms, Garret Dillahunt.
Partiendo de una jugosa idea, Johnson juega con el espacio tiempo para narrar una historia en la que vuelve a dar su personal visión sobre los cánones del cine negro en la que se mezclan mafiosos, asesinos futuristas, venganzas y sentimientos.
Toda la película es un verdadero tour de force en la que se mezclan pasado y presente, escenas de acción trepidantes y en la que podremos encontrar ecos de cintas como "Terminator 2: El Juicio Final". Pero eso sí, si no eres mucho de viajes en el tiempo y paradojas temporales, puedes ir olvidándote del tema.
Con un ritmo implacable, que quizá desciende un poco durante la estancia de Joe en la granja regentada por Sara (Emily Blunt), si se le presta atención a la película todas las piezas parecen ir encajando a la perfección hasta el increíble desenlace final.
El problema radica en que cuando termina todo, si uno se para a analizar lo que ha visto se dará cuenta que la cosa tiene poco fuste. Yo, por mi parte, he preferido dejarlo y centrarme en que la película me resulto brillante y un puro y duro entretenimiento, que, para ser sinceros, era lo primero que le pedía.
Ahora bien, es imposible obviar que mientras Johnson cuenta la historia lo hace de tal manera que todo parece funcionar a la perfección, como el mecanismo de un reloj suizo, por lo que es un poco decepcionante descubrir después ciertas lagunas.
Pero es de valorar tanto la historia, original y arriesgada, el modo frenético de narrarla y la implicación de los actores, con un Bruce Willis que a pesar de los años ahí sigue y con un Gordon-Levitt que sigue en línea ascendente, aquí con el suficiente maquillaje y el suficiente entrenamiento para darse un aire a Willis. Porque, en definitiva, ambos son uno solo.