Críticas: "Looper" (Rian Johnson, 2012)

Publicado el 22 diciembre 2012 por Alvaro83 @enestadocritico

TÍTULO ORIGINAL: Looper. AÑO: 2012. DURACIÓN: 118 minutos. NACIONALIDAD: Estados Unidos. PRODUCTORA: Sony / TriStar Pictures / MG Entertainment / Endgame Entertainment / FilmDistrict. DIRECTOR: Rian Johnson. GUIÓN: Rian Johnson. FOTOGRAFÍA: Steve Yedlin. MÚSICA: Nathan Johnson. INTÉRPRETES: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Pierre Gagnon, Paul Dano, Piper Perabo, Jeff Daniels, Tracie Thoms, Garret Dillahunt.


Desde que debutara en el largo allá por 2005 con aquella película que revertía los códigos del cine negro como era "Brick", también interpretada por Joseph Gordon-Levitt, todo parecía apuntar a que Rian Johnson estaba más que preparado para dar un salto más grande hacia un tipo de cine original y atrevido.
Partiendo de una jugosa idea, Johnson juega con el espacio tiempo para narrar una historia en la que vuelve a dar su personal visión sobre los cánones del cine negro en la que se mezclan mafiosos, asesinos futuristas, venganzas y sentimientos. 
Toda la película es un verdadero tour de force en la que se mezclan pasado y presente, escenas de acción trepidantes y en la que podremos encontrar ecos de cintas como "Terminator 2: El Juicio Final". Pero eso sí, si no eres mucho de viajes en el tiempo y paradojas temporales, puedes ir olvidándote del tema.

La película nos cuenta la historia de los loopers, que no son sino asesinos a sueldo que se encargan de eliminar a víctimas que son enviadas al pasado desde el año 2072 ya que en el futuro, los asesinatos están completamente prohibidos. El caso es que estos asesinos, tarde o temprano, deben cerrar el bucle, esto es, un día cualquiera deberán asesinar a su yo futuro. Al parecer en el futuro todo pasa a estar controlado por un tipo poderoso al que se conoce como el Hacedor de Lluvia que ordena ir cerrando todos los bucles. Un día, Joe (Joseph Gordon-Levitt), un looper, recibe a su víctima que no es otra que él mismo (Bruce Willis), pero ocurre que cuando está preparado para disparar, su presa se escapa. Y creo que es mejor contar hasta ahí.
Con un ritmo implacable, que quizá desciende un poco durante la estancia de Joe en la granja regentada por Sara (Emily Blunt), si se le presta atención a la película todas las piezas parecen ir encajando a la perfección hasta el increíble desenlace final.
El problema radica en que cuando termina todo, si uno se para a analizar lo que ha visto se dará cuenta que la cosa tiene poco fuste. Yo, por mi parte, he preferido dejarlo y centrarme en que la película me resulto brillante y un puro y duro entretenimiento, que, para ser sinceros, era lo primero que le pedía.
Ahora bien, es imposible obviar que mientras Johnson cuenta la historia lo hace de tal manera que todo parece funcionar a la perfección, como el mecanismo de un reloj suizo, por lo que es un poco decepcionante descubrir después ciertas lagunas.
Pero es de valorar tanto la historia, original y arriesgada, el modo frenético de narrarla y la implicación de los actores, con un Bruce Willis que a pesar de los años ahí sigue y con un Gordon-Levitt que sigue en línea ascendente, aquí con el suficiente maquillaje y el suficiente entrenamiento para darse un aire a Willis. Porque, en definitiva, ambos son uno solo.