Critiquita 412: Lex Luthor, B. Azzarello y L. Bermejo, ECC-DC 2014

Publicado el 22 abril 2014 por Lord_pengallan

Superman está viejo. El haberse convertido en un ser hiperpoderoso, hiperbondadoso e infalible y tener un origen pasado de moda, granjas como las de los Kent ya no quedan, ha hecho que no esté en armonía con la posmodernidad. DC lo sabe como demuestra la cantidad de veces que ha recontado su origen en los tiempos recientes y sus diferentes intentos por renovarle, el último el de los N52. Tremendamente radical según criterios industriales. Esta búsqueda de un Superman adecuado a los nuevos tiempos es el contexto en el que se debe leer Lex Luthor pues, a pesar de las apariencias, es un cómic del kriptoniano.El cómic protagonizado por la némesis humana del primer superhéroe en realidad va sobre este porque aquel no sería el que conocemos sino fuera por Superman. Así pues, aunque Azzarello pretendía explicar porque alguien puede estar en contra de un ser hiperpoderoso, hiperbondadoso e infalible, como si el orgullo humano fuese algo que desconocemos, al final lo que le salió es un análisis de Superman, que lamentablemente ha sido ignorado a pesar de que este cómic tuvo mucha repercusión. El verdadero protagonista de este cómic es el primer superhéroe, aunque sólo tiene 2 frases breves y aparece mucho menos que Lex Luthor y siempre de forma distante e intimidante de tal modo que parece mucho menos humano que aquel, porque su sombra está en cada una de las viñetas de la obra. Lex Luthor cree vivir en una dictadura (razón no le falta porque Superman vive el sueño de todo dictador: ver y escuchar, o sea vigilar, todo; el kriptoniano es un ser panóptico, la aspiración de todo servicio de Inteligencia) y como esa creencia le obsesiona, al final el verdadero protagonista de su historia no es él sino el "dictador" al que combate. Por tanto, dado que nada de esta historia se puede comprender sin el primer superhéroe, el protagonista de este cómic es Superman.
Las causas de la lucha entre Lex Luthor y Superman es que EE.UU. ya no es el de 1938, el año de creación del kriptoniano, y el género superheroico ya no es infantil. El primer superhéroe es un hijo del Crack y del EE.UU. humilde y rural, por eso combate al rico y está obligado a ser ejemplar, pero hoy el héroe de EE.UU. es el rico, la sociedad estadounidese es (sub)urbana y de clase media y el público adulto abomina de lo ejemplar. Así pues, el origen del conflicto está entre el choque de lo viejo con lo nuevo. Superman se ha quedado anticuado sobre todo porque en la posmodernidad lo humilde y lo moral se desprecia. Nadie se conforma con poco y todos saben que ser bueno es acabar a los pies de los caballos. El que no corre vuela y el que no tiene un primo tiene un amigo. En una sociedad despiadada y competitiva ser solidario y honrado es una debilidad y por ello el que nos obliguen a serlo resulta intolerable. Así pues, la lucha entre Lex Luthor y Superman es una lucha del humano contra el ideal que no le deja serlo porque no le permite algo tan humano como los vicios y las maldades. Por eso Superman no es humano, lo que más le gusta señalar al Lex Luthor de Azzarello. Esta es la razón por la que el cómic está lleno de superficies reflectantes. El hecho de que Lex Luthor es el que se refleja en ellas no se debe a que Azzarello quiere evidenciarnos que es el reflejo negativo de Superman sino la imposibilidad de este para ser el héroe de EE.UU. Por eso generalmente estos espejos son cristales. Es decir, no enfrentan a uno consigo mismo sino a uno con el del otro lado. Así, Lex Luthor no se ve a sí mismo en la superficie reflectante sino su reflejo opacado por Superman, lo que más rabia le da. De este modo el cristal también funciona como barrera que el empresario calvo multimillonario no puede traspasar Si lo hiciese caería ya que no puede volar. Es un humano, no un ideal (el superhéroe volador creado por él en este cómic tiene el nombre de Esperanza; si se piensa ese es el superpoder de Lex Luthor, tener más moral que el Alcollano). Esto también es clave en el cómic pues también va de rascacielos, torres de Babel, aunque en este caso no se quiere llegar al Cielo sino estar por encima de él. Por eso el cristal en el que más se mira Lex Luthor en el cómic es el del ventanal de su despacho en lo alto de su torre (símbolo fálico, de orgullo y de poder lejano pero vigilante). El hombre prosaico sólo puede ascender por medios mecánicos. Así pues, Lex Luthor no puede ser la imagen que todos desearíamos que nuestro espejo reflejase, cosa que es Superman. Por eso lucha. Su objetivo es sustituir al primer superhéroe como reflejo deseado por la humanidad porque el kriptoniano, como ideal, es un tormento para todo empresario despiadado y ambicioso ya que le provoca remordimientos de conciencia, el ideal siempre hace que ser humanos sea reprochable, y envidia. Aunque todo el mundo le reconozca como poderoso, todo el mundo sabe que no es un héroe, que no es un filántropo que arriesga su vida y bienestar por los demás. Lo que da un héroe a su sociedad es lo más importante que tiene, mientras que lo que da el empresario a su sociedad es las migajas de lo que tiene en forma de fundaciones culturales o sociales. La caridad, sea sincera o no, siempre consiste en dar lo que a uno le sobra. Lo que nos atormenta siempre es la diferencia entre lo que deseamos y lo que tenemos. Por ello Lex Luthor para conseguir su deseo de que todo el mundo le vea como un héroe debe derribar del pedestal a Superman para poder subirse a él. Este antagonismo entre el gran empresario y el superhéroe descrito por Azzarello de forma sutil, idea impresionante cuando nos damos cuenta que fue escrita en el 2005, 2 años antes de que la inmoralidad y ambición de los financieros mandasen a muchos a la mierda, es lo que hace a Lex Luthor uno de los mejores cómics superheroicos de este siglo. No en vano el estar protagonizado por el villano es una característica propia de la ficción posmoderna. Antes molaba Luke, ahora mola Darth.Así, lo que escenifica Azzarello en Lex Luthor es una lucha entre élites por el dominio de EE.UU. El ideal pretérito contra el humano posmoderno o relativista desatado. El ángel protector contra el humano rico, por eso Azzarello también mete a Batman en la lucha. EE.UU. fue un país en el que lo ideal era lo importante. Los puritanos que lo colonizaron seguían un ideal, los revolucionarios que lo independizaron querían hacer realidad un ideal y sus ciudadanos pretenden globalizar lo que creen un ideal, pero los ricos estadounidenses desde el XIX y, especialmente, desde los 60 del siglo pasado, buscan oscurecer los ideales de su país (por ejemplo haciendo que EE.UU. apoyase a dictadores) para poder ser totalmente libres. Lo que Lex Luthor odia de Superman es que no puede superarle. Aunque es uno de los humanos más poderosos no puede estar en la cúspide de la pirámide. Superman siempre va a estar encima y eso le parece intolerable pues al ser un ideal está fuera de las reglas del juego mientras que él, por ser humano, está dentro de él. Lo que le revienta a Lex Luthor es que jamás podrá dominar el mundo mientras Superman esté en él. Cuando nos enfrentamos a un mito no podemos ganar. Es un problema de reflejos. Cuando un humano se enfrenta a otro recibe una imagen de sí mismo, pero cuando se enfrenta a un no humano no recibe su reflejo, hay una diferencia que en el caso de Superman, del ideal, supone que el humano saldrá derrotado. Jesucristo es elegido como el hombre más bueno de la Historia por un buen montón de simples porque se han visto directamente favorecidos por aquel o porque el hijo putativo de José es un ideal? Así pues, Lex Luthor en realidad lucha contra Superman por los corazones y almas de los estadounidenses. Quiere ser ese alguienfuerte que disipe el miedo que muchos humanos desean que exista (el cristianismo hace que el deseo íntimo de los estadounidenses sea el ser gobernados por un dictador angelical). Mientras estos prefieran al kriptoniano la inmoralidad y el egoísmo van a seguir siendo despreciables. O sea, Superman siempre va a estar por encima de los grandes empresarios. Es el mismo conflicto que enfrentó a Ozimandias con dr. Manhattan. Es un combate por ser el macho alfa del planeta. La diferencia está que en este cómic Lex Luthor quiere demostrar que el ideal no es humano tanto para separar a los humanos de este como a este de los humanos, que Superman pierda la fe en la humanidad y que esta lo haga en él, y a sí poder decir: hey, amarme y admirarme a mi que soy tremendamente humano de modo que jamás tendréis remordimientos de conciencia por ser como sois. Es mucho más ventajoso el que los héroes sean campechanos. Porque es innegable que el Lex Luthor de Azzarello es un héroe, a diferencia de los grandes empresarios a los que representa cuando Superman es el título, ya que es un ser caótico, poderoso, excesivo, idealista y sacrificado. Por ello no tiene sentido que al final Lex Luthor dude de su humanidad. Ha matado a su Esperanza pero todos sabemos que en realidad no lo ha hecho porque al mes siguiente volverá a desafiar a Superman. Jamás se va a rendir en su lucha por sustituirle. Sigue teniendo esperanza, sigue teniendo deseo, luego sigue siendo humano. Además, ser un Judas despiadado, megalómano y artero es algo más humano que ser hiperpoderoso, hiperbondadoso e infalible. Los primeros están muy documentados pero los segundos sólo existen en la ficción. Por tanto, Azzarello, ayudado por Bermejo, ofrece en Lex Luthor un camino que no se ha querido seguir, seguramente por ceguera, para renovar a Superman. Esto es lo que hace grande a este cómic. Por ello da pena que la propuesta de Azzarello haya sido ignorada cuando soluciona el problema que tiene Superman desde hace muchos añoslas historias en las que el invencible se ve desafiado carecen de sustancia, ya que da la fórmula con la que llenar de contenido sus enfrentamientos mensuales, es decir, explica como hay que caracterizar a los villanos que se enfrentan al primer superhéroe. Superman es un ideal que se publica en una época que odia los ideales por considerarlos inhumanos e inalcanzables. Comprender esto, cosa que gracias a Azzarello ahora se puede, es lo que necesitan los editores, los autores y el público para que el primer superhéroe vuelva a ser interesante (popular no va a volver ser hasta que los ideales se vuelvan a poner de moda). La cosa no es muy difícil pues basta con continuar el genial final abierto con el que termina Lex Luthor. Todo esto hace que me haga una pregunta: ¿Cómo estarán los episodios de Superman en tamaño comicbook escritos por Azzarello unos meses antes que este cómic?