Este es el cómic del 2016 que más esperaba porque Moore es el único que (de momento) ha sido capaz de emular a Lovecraft en lo esencial y a mi los mitos de Cthulhu me gustan desde adolescente (La llamada de Cthulhu fue al 1º juego de rol que jugué), cada año más. Los adaptadores, seguidores o imitadores del loco de Providence sólo hacen trabajo chino pues nunca pasan de la forma. Para interpretar, en el sentido musical desta palabra, bien a los mitos de Cthulhu hay que comprender la angustia de su creador porque es lo que hace fascinante su horror. No son sus creaturas ni es su estilo lo brillante de la obra de Lovecraft sino lo que subyace bajo ella. La misma comprensión necesita su lector, pero este no necesita que sea racional y consciente. Por eso es Moore el único que ha hecho algo grande con los mitos de Cthulhu desde la muerte de su creador. No es un ser lleno de complejos, miedos y prejuicios como Lovecraft, ni ha vivido el fin del mundo burgués, que era bastante medieval, como aquel, pero conoce mejor que este el mundo del ocultismo moderno y conoce muy bien la época en que el susodicho vivió, así que puede reproducir la esencia de lo mejor de la obra del loco de Providence y por eso adoptar un estilo moderno, es decir, acorde con la época que hay que inquietar, pues no necesita la superficial imitación para que el lector se dé cuenta de que está leyendo algo perteneciente a los mitos de Cthulhu. En suma Moore es el único continuador de Lovecraft que ha llegado al grado de profeta, aunque, lógicamente, no alcanza el nivel del loco de Providence. Al Neonomicón me remito. Se lo recomendaría a todo el mundo si no fuese porque su gore y bestialismo no es para todas las sensibilidades ni para todas las mentes. El que se atreva a leer esos 2 sencillos relatos va encontrar unos mitos de Cthulhu fieles a Lovecraft y a la vez en sintonía con nuestra época, más explícita tanto porque puede mostrar más como porque conoce mejor las cosas que angustiaron al loco de Providence. Moore ha enriquecido los mitos de Cthulhu sin adulterarlos y por eso hasta el momento es el mejor continuador de Lovecraft.
Lamentablemente estos 1º 4 nº de 12 me han decepcionado. No creo que sea cosa de expectativas sino que Moore aquí está más frío, suave y lento que en el Neonomicón. En el guión domina demasiado la erudición y el plan a largo plazo y por ello estos nº son un comienzo moroso, o sea poco inquietante y emocionante. Aunque seguramente esto no se lo parecerá a alguien que desconozca los mitos de Cthulhu. Moore está demasiado expositivo. La recreación de la época y el conocimiento tanto de Lovecraft como de su obra (esto también incluye conocer sus predecesores e influencias) son impresionantes, pero lo que hace a un relato entretenido no es la erudición sino la narración, y aquí esta es demasiado convencional y simple. Para mi que es porque el tema le pone menos que otros que ha tratado en su brillante obra. En los relatos que acompañan los cómics noto pereza o poco esfuerzo, apenas enriquecen el episodio y eso es inaudito. Pero esto no quiera decir que Moore esté más tranquilo y sereno, o más apagado. Sigue siendo transgresor y buscando el escándalo, su forma de separar el grano de la paja. Como el lector heterosexual blanco (se pongan como se pongan así somos la gran mayoría de lectores de cómics) ya tolera que el protagonista de la historia que lee sea una mujer (si revisan las obras del loco de Northampton verán que hay más protagonistas femeninos que masculinos, más si quitamos las mainstream ya que este sesga la muestra al imponer masculinidad), Moore pasa al siguiente nivel: hace que ntro. guía y el personaje con la que el lector se tiene que identificar sea homosexual. Los genios siempre un paso adelante, si Marvel y DC acaban de descubrir a la mujer y al varón no blanco, el loco de Northampton ya está atacando otro pilar del patriarcalismo occidental. No obstante esto de la homosexualidad no es gratuito, como todo lo de Moore. Está porque eso le permite alegorizar los submundos que toda sociedad o cultura tiene, una clave de la obra de Lovecraft que viene del racismo y el clasismo de la sociedad burguesa.
El dibujante es J. Burrows. Ha mejorado desde Neonomicón pero sigue siendo muy torpe y limitado. Él lo sabe y por ello curra un montón, aquí cada viñeta tiene un fondo bien elaborado cosa que jamás se va a ver en el mainstream, pero el crecer no es cosa de esfuerzo, tenacidad y dedicación. Hemos ganado en el dibujo pero la narración sigue siendo monótona y simple. Sorprende que en un cómic de Moore los recursos narrativos sean tan ramplones. Es difícil de creer que se deba al pobre de Burrows, así que hay que entender que el que casi todas las páginas del Neonomicón y de los 4 cómics incluidos en este tomo de Panini (cómo me hubiera encantado que saliesen en grapa y haber podido leer la cosa mensualmente) tengan la misma estructura es por esa pereza o falta de motivación que mencioné antes, y por la amabilidad que el loco de Northampton siempre tiene con sus colaboradores. Sabedor de las grandes limitaciones de Burrows no le mete en problemas. Así, el que casi todas las páginas de los cómics tengan 4 viñetas rectángulorizontales añade un poco de tedio al moroso guión algo pasado de erudición.
Por tanto, este es un comienzo flojo pero prometedor, Moore sigue sabiendo como generar interés y administrar el misterio jugando con las expectativas de los connossiurs de Lovecraft y con el desconocimiento de los neófitos. Sabemos que puede más, pero de momento no decepciona. Lo hará si esto sigue igual. No lo hagas Moore.