No es muy dulce. Solo está riquísimo pero también lo puedes partir por la mitad y untar con mantequilla, mermelada... O puedes hacerte unos croissants con relleno salado que resultarán de lo más apetitoso.
Ahora me arrepiento de no haberla hecho antes porque será otra de esas recetas que guardaré para hacer muchas más veces. No la pases por alto porque te va a encantar.
- 350 g de harina de fuerza, la mía de Lidl.- 45 g de azúcar.- 1 huevo.- 80 g de queso mascarpone.- Una pizca de sal.- 100 g de leche.- 6 g de levadura fresca.- 1 huevo batido para pincelar la masa.
Preparación:
Amasar bien todos los ingredientes, la masa quedará un pelin pegajosa. Meter en un cuenco engrasado, tapar y dejar levar, que doble el volumen. Una vez que haya levado estirar el rectángulo y hacer triángulos. Enrollar desde la parte más ancha y dejar levar nuevamente. Pintar con huevo batido. Y hornear, horno precalentado con calor arriba y abajo, durante unos 18-20 minutos o hasta que cojan el color dorado que más nos guste.