Cronica Berlinale 2013: "Dark Blood" River Phoenix en cenizas

Publicado el 15 febrero 2013 por Fimin

15 de Febrero del 2013 | etiquetas: Festival de Berlín, Festivales 2013 Twittear

A estas alturas del partido, probablemente sepáis de que va la cosa, pero por si aún queda algún rezagado, recapitulo: allá por 1993, a sólo 11 días de terminar, el rodaje de "Dark Blood" fue paralizado por la muerte de su estrella, River Phoenix. Se había completado más del 75% y sólo faltaban por filmarse los interiores. Pues bien, decada y media después de salvar sus bobinas de las llamas, y sobre la bocina, su director, George Sluizer, llega a Berlin con sus cenizas bajo el brazo.

¿De qué va?

Una pareja de actores de Hollywood quedan atrapados en medio del desierto por una avería en el coche. Un joven extraño y solitario les ofrece su ayuda.

 ¿Quién está detrás?

El holandés George Sluizer encuentra una inmejorable excusa para volver a casa. Tras ganar en 1961 el Oso de Plata al Mejor Director con el cortometraje "Land aus Menschenhand", competir en 1972 con el largo "João en het mes", triunfar en 1992 con los dos Premios Especiales que le supuso "Utz", o volver a participar en la Berlinale de 1998 con "The Commissioner", 15 años después de su ultima visita llega fuera de competicion resucitando a River Phoenix. 

¿Quién sale?

River Phoenix en un papel que tiene algo de sugerente pero tambien de enfermizo. ¿O no lo es que interprete a un trastornado viudo que vive como un ermitaño esperando el fin del mundo?...¿y el suyo? La comparsa la llevan, como pueden, Jonathan Pryce y Judy Davis. 

¿Qué es?

Una mala peli de Wim Wenders + una mala copia de "Cul de Sac"

¿Qué ofrece?

Quizá, el morbo de ver a River Phoenix de esta guisa, y poco más podríamos destacar ante la clara ausencia de alicientes que propone una película que pretende crear una atmósfera densa, potencialmente lírica y profundamente existencial, pero que acaba por resultar aburridamente ingenua, preocupantemente irritante y sobre todo, vacía. Y no, la culpa no es, precisamente, del acierto que supone el recurso de una voz en off narrativa que dota de encomiable sinceridad a la supuesta función de parche con la que cumple sobradamente. Lo que es peor aun, la pelicula pincha, al igual que sus protagonistas, en la intentona de empaparnos, hacernos sufrir, o emocionarnos, enfrentando a sus protagonistas a la hostilidad de un entorno que acaba por esparcir las cenizas de River Phoenix, pero también las de mi paciencia. Que en paz descanse, por que lo que es yo...  

Nota: 3.5