Era un concierto especial, el ofrecido por Saurom el sábado 11 de abril de 2015. Especial, por el lugar, por la hora y por la duración, ya que actuaban en su San Fernando natal, a las cinco de la tarde y con un limitado tiempo sobre el escenario.
El concierto, como las actividades del festival, se hizo en el “Club La Salina”, en Bahía Sur y tras degustar unas cervezas y unas tapas en las barras habilitadas y sobre las seis de la tarde, pasábamos al salón para ver que nos ofrecían los de Narci Lara.
Tocaron una media hora, en un formato especial, un semi acústico, que rara vez han ofrecido, pues lo suyo son giras más multitudinarias, como las tres recientes visitas por Sudamérica, que lo han situado como la banda gaditana más internacional dentro del universo rockero. La duración se antojaba escasa
Muchas sillas y cómodos sillones parecían que iban a interpretar su repertorio ante un público relajado. Muy numeroso. Todo hay que decirlo, pues en el salón había más de doscientas personas, entre asistentes al festival y parte de la legión de seguidores que poseen por estas latitudes meridionales. Pero la tranquilidad duró bastante poco, a pesar de que comenzaron con la suave “Vida”, una bonita canción, contenida en su, hasta ahora, último disco, de nombre homónimo. Siguieron con otro de sus clásicos en los ritmos lentos como el “Romance de la luna, luna” del “Once romances del Al Andalus”. Con “El hada y la luna”, de nuevo del “Vida”, acabaron las baladas y empezó la fiesta con “La leyenda de Gambrinus”, de nuevo del “Vida”, para dejar paso a “La ley de las hadas”, de sus tiempos de Saurom Lamderth, donde ya se desató las hostilidades. Bailes, una multitudinaria conga y el respetable cantando al unísono, divertiéndose. Tanto como el grupo. “La batalla de los cueros de vino” dejaba paso a otro momento que recordaba a Saurom Lamderth como “Tom Bombadil” para finalizar, de nuevo con el “Vida”, con “La noche de Halloween”.
En una forma espectacular, con la personal voz de Miguel Ángel Franco, que también se atrevió con el violín, la genialidad de un multi instrumentista como Narci Lara, con la gaita o su guitarra ESP, misma marca que el virtuoso Raúl Rueda, a las seis cuerdas y a las cuatro, con su bajo Yamaha, el inclasificable José Gallardo, la poderosa pegada de Antonio Ruiz “Donovan”, a la batería y la sensibilidad al teclado de Santi Carrasco, confirman a los de San Fernando, como una apuesta segura y de los mejores en su género, estilo que ellos definen como “juglar metal”. Con los años y según los he visto más veces, han ganado mi respeto. El mío y el de mucha gente. Y encima colaborando con este tipo eventos benéficos, demuestran su solidaridad. Seguro que pronto, volvemos a hablar de ellos en La Caravana del Rock.
Por José Luis “El Director”.