El primer turno fue para Córcega, a quienes no habíamos visto desde que tocaron en el pasado aniversario del Monasterio de Cultura a principios de año. He de decir que el paso del tiempo les han sentado bastante bien y han dejado atrás a Phantom Crest --el grupo de cuyas cenizas nacía esta banda-- para tener su estilo propio.
Cantando ahora en castellano, el grupo conjugó toda una amalgama de sonidos del rock de los 2000 que en algunas ocasiones recordaban a las guitarras de Interpol y otras a las de The Strokes, a lo que se suma en algún tema ecos a ritmos como los de The Rapture. Todo ello siempre con ese desconcertante toque propio que le da la voz del cantante.
Para seguir la noche, Pelícana debutaban en Toledo para presentar la fiesta aniversario de Delia Records. Batería y guitarra, y guitarra y batería, como así se definen ellas, estas chicas madrileñas traían bajo el brazo su último trabajo, de nombre homónimo, con el rock underground de los 90 por bandera.
Un sonido bastante contundente en temas como 'Camino', 'Rugido' o 'Puñal', se unieron a otras canciones más reivindicativas como 'Catástrofe' que, además, se reveló como el verdadero hit de la noche al repetirla la banda en los bises por aclamación popular; y también porque las seis canciones de este primer trabajo dejan con ganas de más.
Todo ello a pesar de lo que debe suponer salir de la zona de confort e intercambiar por primera vez ante el público instrumentos, como nos lo hicieron saber anoche, y a la cinta en el pedal del charles para que no se escapara el pie y que no dejó de ser algo puramente anecdótico.