J) al sr. Teixeira, árbitro en cuestión, se le acusa inapelablemente de un delito de prevaricación consistente en adoptar reiteradamente decisiones injustas a sabiendas en contra del RM y está acusación se le hace teniendo sumo cuidado en advertir que se trata de un caso de reincidencia, acusación que tiene sin lugar a duda las siguientes consecuencias:1ª) la ya apuntada de someterle a una presión social intolerable por parte de sus convecinos que se ejercerá no sólo sobre él sino también sobre su mujer y sus hijos y que puede hacer necesario como ya ha ocurrido en algunos casos de tener que asignarles protección policial;2ª) el total desprestigio que ello supone, que puede llegar a producirle perjuicios no sólo dentro del ámbito específico de su carrera profesional, sino incluso originarle un daño psicológico que puede llegar a ser no sólo condicionante de toda su vida personal sino también irreparable, 3ª) estos 2 aspectos han sido tenidos en cuenta por el legislador cuando tipificó 2 delitos de nuestro Çódigo penal, la calumnia y la injuria, que se configuran como atribuirle a una persona falsamente la comisión de un delito, en este caso el de prevaricación, así como la comisión de hechos que, aun siendo ciertos, lo que no concurre en este caso, atentan no sólo contra su buena fama u honor sino también contra su propia estimación;4ª) en el artículo de As que antes citábamos, se afirma contundentemente que Teixeira no sólo le aplicó al RM las normas reglamentarias injustamente de manera absolutamente consciente, elemento constitutivo esencial de la prevaricación, sino que, además, lo hizo reiteradamente lo que añade al delito la agravante de reincidencia.Yo quiero, en este instante, dirigirme a las conciencias de todos los que me puedan leer: ¿qué estará pasando ahora mismo por la cabeza de este hombre, qué no le estará reprochando su mujer: “Tenías que hacerte el héroe, ¿no?, qué te importaba a ti lo que lo que estabas haciendo iba a representar para tu mujer y tus hijos, tú tenías que cumplir con tu jodido deber, y ahora qué, qué hacen los niños mañana, cuando vayan a sus colegios, cómo responderán a todos esos insultos que les hacen, a las agresiones”, ¿cómo será posible que se atreva ni él ni ningún otro de sus compañeros de profesión a no beneficiar aún más descaradamente, como lo están haciendo, los intereses del RM en cualquier partido, intervenga él o no en éste?De este modo, As, siguiendo al pie de la letra los principios de Goebbels, habrá acabado de redondear su propósito: que ningún árbitro español no ya se atreva a sancionar las infracciones importantes que cometa el RM sino que no pretenda favorecerle en todo lo que pueda no ya sólo cuando le arbitren directamente sus encuentros sino incluso en aquellos partidos en el que él no intervenga directamente pero sí lo haga su eterno rival.Es tan absolutamente maquiavélico como esencialmente canallesco y repugnante, es una maquinación que sólo puede llevarse a efecto por cerebros nazifascistas, franquistas, mafiosos, ésta actuación absolutamente calculada, cuidadosamente preparada, concienzudamente ejecutada, con la plena seguridad de la consecución de los efectos que querían producirse y todo el país, España entera, ve y calla, en una situación parecida a lo que está sucediendo con Garzón, allí también, la injusticia de los que proceden contra él es manifiesta, palmaria, tiene la condena de todas las instituciones internacionales y no obstante sus ejecutores continúan con su tarea, aquí, también, todos esos organismos e instituciones que conforman el marco por el que discurre el campeonato nacional de fútbol de 1ª división, ve, comprueba, contempla con inmediación todo lo que está ocurriendo ante sus ojos y calla, lo tolera, mucho más aún que en el caso de Garzón, porque, no lo olvidemos, ambos casos suceden en el mismo país en el que la subsistencia de una mafia nazifascista franquista sigue campando libremente por sus respetos.
J) al sr. Teixeira, árbitro en cuestión, se le acusa inapelablemente de un delito de prevaricación consistente en adoptar reiteradamente decisiones injustas a sabiendas en contra del RM y está acusación se le hace teniendo sumo cuidado en advertir que se trata de un caso de reincidencia, acusación que tiene sin lugar a duda las siguientes consecuencias:1ª) la ya apuntada de someterle a una presión social intolerable por parte de sus convecinos que se ejercerá no sólo sobre él sino también sobre su mujer y sus hijos y que puede hacer necesario como ya ha ocurrido en algunos casos de tener que asignarles protección policial;2ª) el total desprestigio que ello supone, que puede llegar a producirle perjuicios no sólo dentro del ámbito específico de su carrera profesional, sino incluso originarle un daño psicológico que puede llegar a ser no sólo condicionante de toda su vida personal sino también irreparable, 3ª) estos 2 aspectos han sido tenidos en cuenta por el legislador cuando tipificó 2 delitos de nuestro Çódigo penal, la calumnia y la injuria, que se configuran como atribuirle a una persona falsamente la comisión de un delito, en este caso el de prevaricación, así como la comisión de hechos que, aun siendo ciertos, lo que no concurre en este caso, atentan no sólo contra su buena fama u honor sino también contra su propia estimación;4ª) en el artículo de As que antes citábamos, se afirma contundentemente que Teixeira no sólo le aplicó al RM las normas reglamentarias injustamente de manera absolutamente consciente, elemento constitutivo esencial de la prevaricación, sino que, además, lo hizo reiteradamente lo que añade al delito la agravante de reincidencia.Yo quiero, en este instante, dirigirme a las conciencias de todos los que me puedan leer: ¿qué estará pasando ahora mismo por la cabeza de este hombre, qué no le estará reprochando su mujer: “Tenías que hacerte el héroe, ¿no?, qué te importaba a ti lo que lo que estabas haciendo iba a representar para tu mujer y tus hijos, tú tenías que cumplir con tu jodido deber, y ahora qué, qué hacen los niños mañana, cuando vayan a sus colegios, cómo responderán a todos esos insultos que les hacen, a las agresiones”, ¿cómo será posible que se atreva ni él ni ningún otro de sus compañeros de profesión a no beneficiar aún más descaradamente, como lo están haciendo, los intereses del RM en cualquier partido, intervenga él o no en éste?De este modo, As, siguiendo al pie de la letra los principios de Goebbels, habrá acabado de redondear su propósito: que ningún árbitro español no ya se atreva a sancionar las infracciones importantes que cometa el RM sino que no pretenda favorecerle en todo lo que pueda no ya sólo cuando le arbitren directamente sus encuentros sino incluso en aquellos partidos en el que él no intervenga directamente pero sí lo haga su eterno rival.Es tan absolutamente maquiavélico como esencialmente canallesco y repugnante, es una maquinación que sólo puede llevarse a efecto por cerebros nazifascistas, franquistas, mafiosos, ésta actuación absolutamente calculada, cuidadosamente preparada, concienzudamente ejecutada, con la plena seguridad de la consecución de los efectos que querían producirse y todo el país, España entera, ve y calla, en una situación parecida a lo que está sucediendo con Garzón, allí también, la injusticia de los que proceden contra él es manifiesta, palmaria, tiene la condena de todas las instituciones internacionales y no obstante sus ejecutores continúan con su tarea, aquí, también, todos esos organismos e instituciones que conforman el marco por el que discurre el campeonato nacional de fútbol de 1ª división, ve, comprueba, contempla con inmediación todo lo que está ocurriendo ante sus ojos y calla, lo tolera, mucho más aún que en el caso de Garzón, porque, no lo olvidemos, ambos casos suceden en el mismo país en el que la subsistencia de una mafia nazifascista franquista sigue campando libremente por sus respetos.